Ser madrina de boda es un honor que conlleva no solo un papel importante en la ceremonia, sino también una gran responsabilidad en cuanto al look. El vestido de la madrina debe destacar por su elegancia y sofisticación, respetar el protocolo y reflejar su personalidad. A continuación, te ofrecemos algunas claves fundamentales para elegir el vestido ideal y compartimos contigo una selección de modelos que serán un acierto seguro. 

Cómo vestir si eres madrina de boda

  • Protocolo y etiqueta. Tradicionalmente, el protocolo indica que la madrina debe optar por un vestido largo, especialmente en ceremonias religiosas y en eventos nocturnos. Se recomienda evitar los colores demasiado llamativos o el blanco, que queda reservado para la novia. Los tonos sobrios, como azul marino, verde botella, tonos empolvados y, en ocasiones, el burdeos o el gris perla, son ideales para proyectar elegancia.
  • Corte y diseño. El diseño del vestido debe resaltar la figura de la madrina de manera elegante, sin resultar demasiado ajustado ni excesivamente holgado. Las siluetas fluidas, las caídas ligeras y los detalles sutiles, como los bordados, drapeados, suelen favorecer. Además, es importante que el vestido sea cómodo para permitir disfrutar del evento con total confianza y libertad de movimiento.
  • Texturas y tejidos. La elección de los materiales es clave. Telas como el crepé, la gasa, el tafetán o el jacquard de organza proporcionan estructura y elegancia. Para añadir un toque especial, los detalles en pedrería, encaje o plisados discretos pueden elevar el diseño sin caer en la ostentación.
  • Complementos. La elección de los accesorios debe ser cuidadosa. Un tocado elegante o una mantilla (según tradición) puede realzar el conjunto, mientras que joyas discretas, zapatos cómodos y un clutch elegante completarán el look.

Vestidos de madrina para mujeres de 60 años: opciones elegantes y favorecedoras