La reaparición más esperada ha llegado. Después de dos días sin salir de casa de Isabel Preysler, Tamara Falcó ha cumplido con sus compromisos profesionales. La marquesa de Griñón, después de que Íñigo Onieva reconociera su infidelidad tras anunciar su compromiso, ha acudido al Teatro Real con motivo del octavo aniversario de Kronos Homes, la promotora inmobiliaria de la que es embajadora y a través de la que adquirió el ático al que se mudará dentro de muy poco. Pues bien, si Tamara Falcó sabe que cada vez que hace aparición todas las miradas están puestas en ella, esta vez eso se ha incrementado más si cabe. Así que no ha dejado su look a la improvisación.
Tamara Falcó ha tenido que hacer frente a un momento complicado. Dar la cara después de una ruptura pública no es nada agradable. Pero ella ha decidido dar el paso al frente y lo ha hecho con un estilismo muy pensado. Para este evento en el que la hija de Isabel Preysler también se ha reencontrado con amigos y conocidos, ha lucido un traje de chaqueta y pantalones, una de sus opciones favoritas y con la que se siente muy segura. Tamara Falcó se ha puesto un traje de chaqueta y pantalón en color negro con el que ha lucido muy estilizada. Lo ha conjuntado con una blusa blanca con un cuello de lo más original. Un conjunto de prendas clásicas con el que ha derrochado elegancia, de la firma parisina Sandro, de la que es embajadora.
En cuanto al peinado y al maquillaje, la marquesa de Griñón también ha ido a lo sencillo. Ha llevado una coleta baja con la que ha ido cómoda y favorecida en uno de sus eventos más difíciles. Tamara Falcó ha firmado así un estilismo con el que ha derrochado elegancia, seguridad y con el que ha continuado con su trabajo pese a los últimos acontecimientos de su vida personal. Una clara muestra de que piensa seguir su camino, sin olvidarse de ella misma, y luciendo la mejor versión posible.