La Semana Santa trae a muchas por la calle de la amargura y no precisamente porque tengan que hacer estación de penitencia. La búsqueda de un look acorde a los cánones que marca esta festividad religiosa, la oscilación térmica que se da durante el día o la imposibilidad de usar esas prendas en otros contextos puede limitar la búsqueda de ese look perfecto.
Hay que partir de la base de que un estilismo en Semana Santa es sofisticado, sí, pero también debe sustentarse sobre la comodidad. Son jornadas en las que se anda mucho, se pasa mucho calor y en las que la libertad de movimiento debe estar garantizada. La principal opción que siempre se nos ocurre es un clásico vestido. Cómodo, favorecedor, con movimiento y fácil de combinar, tanto con un tacón sensato, como unas bailarinas, lo convierten en caballo ganador.
Aunque en los últimos tiempos, versiones como los conjuntos dos piezas, con pantalones fluidos y chaquetas estructuradas o incluso blusas estampadas, le han ganado bastante terreno a los clásicos vestidos. Con ambas piezas, tanto con los vestidos como con los trajes de chaqueta, podemos encontrarnos con varias problemáticas. Por un lado, estos looks pueden resultar demasiado convencionales y sobrios, dificultando en exceso la posible reutilización de estos estilismos en contextos más informales. Por otro lado, el exceso de sobriedad puede echarnos años encima y olvidarnos de que la Semana Santa ocurre en primavera, la estación más fresca y juvenil. En ese sentido y, teniendo en cuenta ambas premisas, podemos buscar alternativas a estos estilismos que se adapten mucho mejor a nuestras necesidades.
Icono de estilo en esta y en todas las primaveras, los pantalones blancos se han convertido en un auténtico must de fondo de armario. Son elegantes, fáciles de combinar y muy frescos y juveniles. Aunque la versión que más nos gusta es la confeccionada en denim porque, a pesar de ser un tejido muy informal, cuando se trata de unos vaqueros blancos el resultado de apostar por ellos en un look es brutal. Si tienes claro que tus looks en Semana Santa serán más frescos, juveniles y modernos, nada como fichar unos vaqueros blancos a los que, además, luego podrás darles mucha vida.
Cómo combinar unos vaqueros blancos en Semana Santa
Que el tejido denim no te engañe, unos vaqueros blancos tienen muchas posibilidades de estilo en un look de Semana Santa. Eso sí, es preferible no llevarlos en Domingo de Ramos, que siempre es un día en el que hay que cuidar mucho el estilismo. En el caso del Jueves y el Viernes Santo, los vaqueros blancos quedan eliminados de la ecuación por motivos más que evidentes. El resto de días los puedes llevar de diferentes formas.
- Vaqueros blancos con blusa en tonos pastel: Ficha unos vaqueros blancos que sean ligeramente holgados y combínalos con una blusa vaporosa en tonos pastel (en rosa empolvado es top). Si la blusa tiene detalles románticos, como volantitos y bordados, mejor. Unas bailarinas rematan el estilismo.
- Vaqueros blancos con camiseta y blazer: Es una combinación que nunca falla y la puedes llevar a cabo de diferentes formas. Intenta que la base sea monocromática, es decir, que la camiseta también sea blanca. Luego juega con la blazer, que puede ser en camel, en azul marino, de rayas o incluso en tweed.
- Vaqueros blancos con blusa estampada: Si te apetece añadirle una nota de color al look, juega con el estampado de la blusa y llénalo de flores de colores. Si los vaqueros son altos y acampanados, combínalos con unas alpargatas de cuña para un efecto piernas infinitas.
Si quieres vestir elegante y moderna ficha ya estos vaqueros blancos para llevar en Semana Santa
Tanto si los vas a llevar con blusas estampadas o con blazers, estos son algunos diseños que pueden solucionarte el look de Semana Santa y que luego, además, vas a poder seguir usando durante toda la primavera y el verano.
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