Los Grammy de este año han tenido polémica, aunque no como la de los Oscar. Los días previos a los premios de la música, no se hablaba de otra cosa que del veto que los galardones habían impuesto a Kanye West, por su comportamiento errático, violento y racista. Y es que una desacertada broma con Trevor Noah, presentador de la gala, fue la puntilla a todos estos meses de actitud negativa. Ni presencia, ni actuación. El ex marido de Kim Kardashian fue borrado por completo. Pero quienes sí estuvieron fueron un montón de artistas talentosísimos que sí supieron comportar en una gala que estuvo marcada por las lágrimas de Doja Cat, hablando abiertamente de su salud mental y de la época tan dura que ha dejado atrás. 

Pero si ha habido algo estacado de la noche, aunque no haya estado relacionado con la música, ha sido la presencia de Hailey Bieber, de la mano de Justin, tras sufrir hace menos de un mes un ictus. Acudiendo a los premios, la modelo tranquiliza a sus fans y confirma lo que ya dejó ver en lo que intuimos en la fiesta post Oscar: está mejor que nunca.