Kim Kardashian ha demostrado en infinitas ocasiones que todo lo que toca, se convierte en éxito. Cuando la celebrity anunció el lanzamiento de su propia linea de ropa inclusiva, revolucionó las redes sociales. Era una propuesta muy prometedora: prendas moldeadoras que se adaptasen a diferentes tonos de piel, y tallaje. Pero, la tranquilidad duró poco, ya que horas después, y como ya está acostumbrada, generó una fuerte polémica alrededor de esta nueva empresa . ¿La razón? El nombre de la firma de moda: kimono.
La empresaria escogió el mismo nombre que una palabra muy significativa para la cultura japonesa, la del traje tradicional. Lo que inmediatamente se tradujo en una acusación de apropiación cultural, y lo que le ha llevado a tener que tomar decisiones, además de dar una explicación públicamente, ya que hasta el alcalde de Kioto le pidió que rectificase.
“Siempre estoy escuchando, aprendiendo y creciendo. Por eso aprecio mucho la pasión y las diferentes perspectivas que la gente me ofrece con sus opiniones. Cuando anuncié el nombre de mi nueva línea de fajas lo hice con la mejor intención. Mis marcas y mis productos están creadas pensando siempre en ser inclusivas y diversas. Por eso, después de pensarlo mucho, he decidido que lanzaré la marca con un nuevo nombre” explicaba en un comunicado a través de su instagram.
Una decisión que le llevará a perder dinero en toda la publicidad y el trabajo previo que, seguro, ya tenía hecho antes de anunciar el lanzamiento, pero con la que ha conseguido el apoyo y el aplauso de millones de personas al tomarla.