“Los Géminis son como el viento: cambian de dirección en cualquier momento y siempre están en movimiento”, decía la famosa astróloga Linda Goodman al intentar encapsular la esencia de este signo zodiacal en una sola oración. Y es que la constelación de Géminis es, quizá, una de las más complicadas de entender por su dualidad inherente.
Pero que sea complicado no significa que sea imposible. Por eso hoy voy a intentar que descubras todo lo que se esconde tras esta intrigante constelación. Repasaremos su configuración astronómica, su historia, su mitología, qué representa en la astrología y como puedes conectar con su energía dual.
Guía astronómica: ¿cómo localizar la constelación de Géminis?
Lo primero que debemos hacer para poder aproximarnos a esta constelación es averiguar cómo verla y cuáles son sus principales características astronómicas. Empecemos, pues, con esta misión.
Géminis es una de las constelaciones más reconocibles del zodiaco, ubicada en el hemisferio celestial norte. Se encuentra entre Tauro, al oeste, y Cáncer, al este. Para localizarla en el cielo, lo más recomendable es buscar a sus dos estrellas más brillantes, Castor y Pólux, que representan las cabezas de los gemelos.
Pólux es la estrella más brillante de la constelación, una gigante naranja situada a unos 34 años luz de la Tierra. Por otro lado, Cástor es una estrella múltiple ubicada a unos 52 años luz de distancia, y está compuesta por seis estrellas que orbitan entre sí en un complejo sistema.
Esta constelación es visible durante los meses de invierno en el hemisferio norte, alcanzando su punto más alto en enero. La constelación contiene también algunos objetos celestes interesantes, como el cúmulo abierto M35 que se encuentra situado cerca del pie de Cástor.
También es especialmente conocida la nebulosa planetaria de Eskimo, que puede ser observada con telescopios básicos.
¿Qué representa la constelación de Géminis? Mitología e historia
Ahora que tenemos bien ubicada a la constelación de Géminis, es hora de hablar de la historia que oculta. Esta constelación tiene profundas raíces en la mitología griega, donde se la asocia con los gemelos Cástor y Pólux.
La leyenda cuenta que, pese a que estos dos personajes eran gemelos, eran hijos de distintos padres. Cástor era hijo de Tinrdaéo, rey de Esparta, y por tanto era mortal. Mientras que Pólux era hijo de Zeus, y de ahí que fuera inmortal.
A pesar de sus diferencias, los gemelos eran inseparables, y se aventuraban juntos en muchas hazañas, incluyendo la famosa expedición de los Argonautas en busca del vellocino de oro.
Pero Cástor era un mortal, y como tal, un día le llegó la muerte. Devastado por la pérdida de su hermano, Pólux rogó a Zeus que les permitiera permanecer juntos. Zeus, conmovido por el amor fraternal, otorgó a Pólux la opción de compartir su inmortalidad con Cástor, a cambio de darle la mitad de su vida.
Desde entonces, los hermanos pasaron a vivir un día en el Olimpo, y otro en el Hades, hasta que el dios los inmortalizó en el cielo, como la constelación de Géminis.
Aunque esta es la historia más famosa sobre Géminis, la griega no es la única mitología que la menciona. Para la astrología védica, los gemelos son conocidos como Mithuna, y están asociados a la dualidad inherente del ser humano. Y en la tradición china, Géminis forma parte de la Mansión del Pozo, una de las 28 mansiones lunares del sistema chino de astrología.
La constelación de géminis en la astrología moderna
En la astrología moderna, Géminis es conocido como el signo de la dualidad, la comunicación y la adaptación. Es su energía la que nos permite adaptarnos a los cambios, aceptar nuestras contradicciones y hacernos entender ante los demás pese a las mismas.
Es por eso que, a nivel global, los astrólogos consideran que la constelación de Géminis puede influir en la vida personal y diversos eventos mundiales de formas clave. Cuando el Sol u otros planetas, como Mercurio, transitan por la constelación de los gemelos, nos encontramos ante el momento ideal para comunicarnos, aprender y fomentar la conexión social. De ahí que sea habitual que, durante estos tránsitos, las personas sientan el impulso necesario para aprender algo nuevo, iniciar conversaciones importantes y explorar nuevas ideas.
En el ámbito mundial, estos tránsitos planetarios pueden influir en áreas como los medios de comunicación, la tecnología o la educación. Por ejemplo, un tránsito de Mercurio retrógrado en Géminis puede provocar malentendidos o problemas técnicos en la comunicación, aunque también puede ofrecernos una buena oportunidad para reflexionar sobre proyectos y planes futuros.
A nivel más personal, una carta natal con Géminis prominente podría determinar que eres una persona comunicativa, con una gran capacidad de adaptación y una curiosidad intelectual insaciable.
Rituales para conectar con la energía de Géminis
Cuando sientas que te cuesta comunicarte, que no eres capaz de adaptarte con rapidez a los cambios que surgen en tu vida o que necesitas abrazar tus contradicciones, la energía de Géminis estará ahí para ayudarte. Para conectar con ella, tan solo necesitas seguir uno de estos rituales:
- Ritual de Luna Llena en Géminis. Cuando la Luna Llena brille sobre la constelación de Géminis, utiliza su energía para reflexionar sobre lo que has aprendido y logrado en tu vida. Repasa en tu mente aquello que necesitas comunicar o finalizar, y escribe en un papel todo lo que quieres dejar de ir. Todos los malentendidos y bloqueos que hay en tu mente. Quema el papel y libérate de aquello que te ata.
- Ritual de Luna Nueva en Géminis. Durante la Luna Nueva en Géminis también puedes conectar con la energía del planeta. Escribe tus intenciones relacionadas con el aprendizaje, aquello a lo que te quieres adaptar y cambios que quieras hacer en tu forma de comunicarte. Dedica todo el tiempo que necesites para escribir estos planes y pensamientos. Puedes hacerlo en forma de diario, cartas a ti misma o listas de deseos. Lo importante es que convoques toda esta energía en tu vida.
- Afirmaciones. Por último, para conectar de forma diaria con Géminis puedes repetir cada día afirmaciones como “Mi mente está abierta y receptiva a nuevas ideas”, “Comunico mis pensamientos y sentimientos con facilidad y claridad”, “Me adapto y soy flexible ante los cambios de la vida”, “Abrazo mi curiosidad y busco aprender algo nuevo cada día”.