El amor es un misterio. ¿Qué hace que una pareja funcione y otra no? Hay muchas razones y claves para conseguir una relación saludable, pero si le preguntamos al horóscopo la respuesta está claro: hay signos que son más compatibles entre sí que otros.
Por supuesto, no todos los signos con los que eres compatible pueden convertirse en tu pareja perfecta. Porque el hecho de que os sintáis atraídos y que penséis que podríais encajar bien no quiere decir que seáis el opuesto complementario del otro. Este concepto de la astrología hace referencia a la relación que comparten los signos que se encuentran enfrentados en la rueda del zodiaco y que, según esta disciplina ancestral, nos indica cuál es la pareja perfecta para nosotros.
Con tu opuesto complementario compartes energías opuestas, pero que cuando funcionan bien consiguen equilibrarse para configurar la armonía perfecta. Así que solo me queda hacerte una pregunta. ¿Estás preparada para descubrir quién podría ser tu alma gemela? Te lo cuento en seguida.
Aries y Libra
No hay signos más diferentes, al menos en apariencia. Aries es impulsivo, pura energía. Libra es indeciso, armonioso. Mientras que el primero se lanza por la vida sin pensar en las consecuencias, el segundo mide bien cada paso por miedo a alterar el equilibrio de su vida. Y precisamente por eso, son perfectos cuando están juntos.
Al principio de la relación, las diferencias los atraen. A Aries le gusta la forma elegante de ser de Libra, siempre comedido y diplomático. A Libra le atrae el fuego de Aries, pasional y atrevido. Sus primeros encuentros románticos echan chispas.
Cuando la relación comienza a avanzar, las diferencias se hacen latentes, y pueden dar lugar a algunas tensiones menores. Pero al final la diplomacia de Libra hace mejor la vida de Aries, que comienza a medir mejor sus acciones, y la audacia de Aries empuja a Libra a intentar aquello que nunca habría se habría atrevido a probar.
Tauro y Escorpio
Esta pareja está conformada por sombras y luces. Tauro es la luz. Tranquilos y terrenales, prefieren no darles demasiadas vueltas a las cosas. Lo de ellos es una pacífica felicidad, sutil y tranquila. Escorpio está hecho de sombras. Les da demasiadas vueltas a las cosas, es ambicioso y le cuesta relajarse. Es intenso, misterioso y cree que la vida tiene un sentido oculto que hay que descifrar.
Cuando se encuentran por primera vez, Escorpio no puede dejar de reír con Tauro, que es tan sencillo y alegre. Le da paz estar a su lado. Así de simple. Y Tauro no puede apartar la vista de Escorpio, de sus misterios y de sus sombras, que le atraen como lo hacen los polos opuestos de un imán.
El comienzo de la relación será pasional. Ambos signos son románticos e intensos en lo que se refiere al amor. Pero a medida que se conozcan, conseguirán que su relación les aporte lo mejor de los dos mundos. Tauro se animará a hacerse preguntas más profundas, a indagar en ese lado de sí mismo que nunca ha explorado. Y Escorpio conseguirá relajarse. El toro le ayudará a adoptar una visión más práctica del mundo, ofreciéndole un refugio de todos sus misterios, miedos y maquinaciones.
Géminis y Sagitario
Esta pareja es una bomba explosiva. Juntos serían capaces de conquistar el mundo, y funcionan a la perfección como pareja. Quizá a simple vista no veas eso de opuestos complementarios, porque lo cierto es que tienen muchas similitudes a la hora de enfrentar las relaciones. Ambos padecen de “alergia al compromiso” y adoran su libertad por encima de todo. Pero a la hora de la verdad, Géminis es más diplomático, y Sagitario más directo.
Lo importante es lo mucho que comparten en común. Es muy probable que esta relación surja como una poderosa amistad, y acabe convirtiéndose en un romance cómplice e inevitable. Ambos son curiosos, aunque lo de Géminis vaya más por el lado intelectual y lo de Sagitario por la exploración. Planearán viajes y vivirán tantas aventuras juntos, que el amor acabará colándose en sus maletas sin que se den cuentan.
Juntos funcionan a la perfección. Comprenden sin problema que el otro necesita espacio. Mucho espacio, de hecho. Necesitan libertad, y eso está bien. Respetando sus límites, encuentran rincones compartidos que se vuelven mucho más especiales. Cuando están separados, saben ser felices. Cuando están juntos, hacen saltar las chispas de la pasión.
Cáncer y Capricornio
Estos dos son muy diferentes entre sí. Muchísimo. Pero tienen un punto en común tan poderoso, que hace que su relación funcione a la perfección. Por un lado, tenemos a Capricornio, ambicioso, trabajador y responsable. Un adicto al trabajo en toda regla. Por el otro, a Cáncer. Familiar, romántico y sensible. Un corazón dispuesto a dar amor y cuidar a los suyos. Y esto es, precisamente, lo que los une. Para ambos, el fin mismo de la vida está en formar una familia feliz, segura y estable.
La relación de estos dos signos empieza de forma convencional. En sus primeras citas hablan sin parar, se cuentan todo, y mantienen elevadas las máscaras que ambos llevan. Pero a medida que avanza la relación, las máscaras comienzan a caerse y encuentran, al fin, a alguien con quien pueden ser ellos mismos.
La firmeza de Capricornio permite a Cáncer sentirse a salvo, al fin. Sabe que nunca le fallará, que nunca le haría daño. Y sale de su caparazón. Por otro lado, Capricornio entiende que el amor de Cáncer es incondicional. Con el cangrejo no tiene que ser perfecto, no es necesario que siga ocultando ese inmenso corazón que esconde tras su aparente frialdad. Y así, se convierten el uno en el hogar del otro.
Leo y Acuario
Si hay una pareja que salte chispas allá a donde va, esa es la de Leo y Acuario. Ambos tienen algo en común. Son independientes, tienen una visión muy amplia del mundo y son muy creativos. Pero deja de buscar similitudes, porque en todo lo demás son opuestos. Leo es un amante del control, mientras que Acuario es incontrolable. Leo busca encajar, ser admirado. Acuario rompe los moldes, quiere ser diferente. Y es justo esto lo que hace que se vuelvan locos el uno por el otro.
La atracción entre estos dos signos es inmediata. Antes de que se den cuenta están entre los brazos del otro. Y su relación se convierte en una locura muy lejos de lo convencional. A Leo le vuelve loco la frescura de Acuario, esa personalidad desbordante y la forma que tiene de enfrentarse a la vida como si nada importara, como si la opinión de los demás no pudiera afectarle. Y Acuario adora la calidez de Leo, esa manera tan pasional de ver el mundo, de entender la vida, de enfrentarse al amor.
Juntos forman una pareja inusual. Aprenden a construir su propio concepto de relación. Un modelo en el que la libertad y la independencia es esencial. Se apoyan mutuamente en sus esfuerzos y aprenden el uno del otro. Leo, a que le importe un poco menos lo que piensan de él. Y Acuario, a implicarse más en sus relaciones, a tener en cuenta a los demás.
Virgo y Piscis
En principio, Virgo y Piscis parecen signos completamente opuestos. Virgo es realista, concreto y práctico. Piscis, soñador, idealista, siempre en las nubes. Virgo confía en su infalible capacidad analítica. Piscis en su intuición, que nunca le falla. Y así, como quien no quiere la cosa, acaban convirtiéndose en la pareja perfecta.
Esta relación suele comenzar con una amistad profunda. Ambos se conocen a fondo, guiados por la atracción ineludible que los ata, hasta que el amor se vuelve innegable. Prefieren planes tranquilos, citas en casa con comida casera, lejos de las miradas de terceros que podrían interferir en esa relación que se cuece a fuego lento.
Y cuando dan el paso y se lanzan a vivir la experiencia, todo comienza a encajar. Virgo le ofrece a Piscis una perspectiva realista, más terrenal de la vida, que le permite empezar a asentar sus proyectos, a dejar de idealizar la vida, las relaciones y a las personas. Y Piscis enseña a Virgo que no está mal soñar de vez en cuando. Lo aleja de su mente analítica y le ayuda a escuchar su intuición, que hasta entonces permanecía escondida en una parte profunda de su alma.