El secreto de la Reina Isabel II para vivir muchos años y mantenerse joven: “tomaba una cena sencilla, con solo dos ingredientes”

Un antiguo chef de la Casa Real británica reveló cuáles eran las comidas habituales de la Reina Isabel II. La sencillez del menú y la calidad de los dos ingredientes que lo componían es esencial para entender su buena salud y su siempre esbelta figura

Celia Pérez
Celia Pérez León

Periodista especializada en lifestyle y cultura

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GTRES

Si hablamos de personas longevas, que han superado con creces la esperanza de vida, podemos pensar inmediatamente en la reina Isabel II de Reino Unido. Siempre fue una mujer recta, volcada en su rol como regente británica y conocida por sus vestidos de colores, su carácter afable y su pasión por los corgis. Lo que muchos no saben es que era también muy disciplinada a la hora de comer, lo que probablemente contribuyó a la buena salud de la que dispuso durante su larga vida.

Un antiguo chef de la Casa Real reveló cuál era el menú habitual de la Reina en una entrevista conocida a The Telegraf mucho antes de que su hijo, el rey Carlos, la relevase. Ahora su menú llama la atención, en especial teniendo en cuenta que la reina tomaba una cena tan sencilla y simple que puedes prepararla en casa usando tan solo dos ingredientes.

Un menú sencillo de principio a fin

Cundo preguntaron a Darren McGrady, ex chef real de la reina Isabel, que solía comer la monarca en su día a día, la respuesta sorprendió a todos. Mientras que era estricta en lo que sus animales comían, con platos de conejo muy elaborados para sus corgis y zanahorias cortadas al milímetro para sus caballos, a la hora de la verdad la reina Isabel era una mujer sencilla en gustos.

“Lamentablemente, la Reina no es una gourmet”, aseguraba el que fue su chef en una entrevista para The Telegraf. Su comida era sencilla de principio a fin. Solía empezar las mañanas con unos cereales, generalmente Special K y una pieza de fruta. En días especiales, se regalaba con “unos huevos revueltos con salmón ahumado y trufa rallada”. Sin embargo, McGrady aseguró que la monarca “era demasiado ahorrativa como para pedir trufas frescas y solo las disfrutaba de verdad en Navidad, cuando se las enviaban como regalo”.

En buena medida esta forma tan escueta de comer le ganó su buena salud y su forma física. De hecho, cuando preguntaron a McGrady cómo podía mantenerse tan delgada, aseguró que su regla de oro era “no comer almidón. Nada de patatas, arroz ni pasta para cenar”.

Y aquí viene su verdadero secreto, esa fórmula que la Reina repetía en cenas y comidas, que cuenta con solo dos ingredientes y que, posiblemente, le valió buena parte de su salud: “Normalmente, cena solo algo de pescado con verduras o ensalada”, confesaba el ex chef de la Casa Real.

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Una cena con dos ingredientes

En su versión favorita de esta cena, la Reina disfrutaba de “lenguado con espinaca o calabacines salteados”, y es como confiesan quienes le sirvieron, la Reina comía para vivir, “a diferencia del príncipe Felipe, a quien le encanta comer y se pasaba el día hablando de comida”, aseguraba McGrady.

Esta cena tan sencilla que puedes preparar en tu casa en apenas unos minutos, esconde la auténtica fórmula de la longevidad. Y es que sus ingredientes son de altísima calidad nutricional.

El lenguado, por ejemplo, es un pescado blanco, bajo en grasa y fácil de digerir, pero con un buen aporte de proteínas de calidad. Estas proteínas son clave para mantener la masa muscular con el paso de los años, especialmente en edades avanzadas, cuando el cuerpo empieza a perder músculo con mayor facilidad. Además, el pescado blanco contiene minerales como el fósforo y el selenio, que ayudan al sistema inmune y a mantener los huesos fuertes. Y por si todo esto fuera poco, el lenguado contiene ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro.

Por otro lado, las espinacas están cargadas de antioxidantes, como la vitamina C, la vitamina E y betacarotenos. Estos compuestos ayudan a combatir el estrés oxidativo, uno de los grandes culpables del envejecimiento celular. También son ricas en vitamina K, que es esencial para la salud ósea y cardiovascular, y ácido fólico, que favorece la función cognitiva.

Fiel a las tradiciones

Pese al cuidado que la reina Isabel II ponía a sus comidas y cenas para cuidar la línea, y su propia salud, era fiel a las tradiciones. De hecho, confiesa el que fue su chef, durante su reinado se siguió usando la receta de tarta de chocolate que inventó el cocinero de la reina Victoria en cada cumpleaños.

También consumía a menudo peniques de mermelada con el té, una receta de pan con mantequilla y mermelada cortado en círculos del tamaño de un antiguo penique inglés, que la monarca solía compartir con la princesa Margarita cuando eran niñas.

De hecho, el momento del té fue siempre la comida fuerte de la Reina, y no se lo saltaba ni un solo día. Quien sí se saltaba comidas hasta hace muy poco era el rey Carlos, de quien sabemos que no almorzaba hasta que la reina Camila le obligó a comenzar a hacerlo desde su diagnóstico de cáncer en 2024.