Así es cómo debes hablarle a la IA según una experta en psicología y comunicación disruptiva: "no lo hago por ella, lo hago por mí"

No se trata de un prompt innovador ni de una lección de tecnología. La experta en comunicación Lucía Ameijide Guerrero nos hace una importante advertencia sobre cómo debemos comunicarnos con la inteligencia artificial. Y no para que ella nos entienda mejor, sino para cuidarnos mejor a nosotros mismos.

Celia Pérez
Celia Pérez León

Periodista especializada en lifestyle y cultura

Lucía Ameijide Guerrero
iStock/Lucía Ameijide Guerrero

¿Eres de los que hablan con la IA como si fuera un colega, o la tratas como una máquina? ¿Le pides las cosas por favor y le das las gracias? Aunque esta imagen pueda parecernos cómica, e incluso absurda, los expertos aseguran que no hay nada de tonto en intentar ser amables con la inteligencia artificial. Y no porque la tecnología se vaya a rebelar y vaya a recordar que le diste las gracias, como parodian ciertos comediantes. No, no es por eso. Es por ti.

Así lo comparte Lucía Ameijide Guerrero, experta en comunicación y psicología, que en un reciente post en LinkedIn nos explica cómo debemos dirigirnos a la IA si queremos cuidar de nuestra propia salud mental. Porque, como explica la experta, “la forma en la que nos comunicamos moldea nuestro lenguaje y nuestra forma de pensar”.

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¿Cómo debemos hablar con la IA?

Más allá de usar un lenguaje claro, conciso y libre de contradicciones para que la IA entienda bien lo que le pedimos, la experta en psicología Lucía Ameijide Guerrero asegura que es importante cuidar la forma en la que nos dirigimos a ella en cuanto a educación. “Personalmente, me incluyo entre quienes le hablan con educación, con su “por favor” y “su gracia”, asegura en la red social mencionada.

Este trato amable no tiene nada que ver con el funcionamiento de los sistemas de inteligencia artificial predictivo, no. Tampoco tiene que ver con “una inminente rebelión de las máquinas” o “con que esté loca”, ironiza la experta. En realidad, este trato educado “no tiene que ver con ella”, sino que tiene que ver con nosotros, los humanos.

“Soy bastante purista en lo que respecta a la comunicación”, explica Ameijide, “y creo firmemente que, si llegamos a comunicarnos mayoritariamente con máquinas, despersonalizando el lenguaje y hablándoles cómo lo que son, corremos el riesgo de perder una parte de nuestra humanidad”.

Esta pérdida peligrosa de humanidad, que parece reflejarse cada vez más en redes sociales y que preocupa a los expertos, puede corregirse con algo que parece pasado de moda: los buenos modales.

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El impacto del lenguaje en nuestra vida

“La forma en la que nos comunicamos moldea nuestro lenguaje”, explica Ameijide con respecto a como estas conversaciones que compartimos con la IA pueden impactar sobre nuestro propio bienestar. “Cuidar de esas pequeñas cosas, como decir ‘gracias’ incluso a la IA no es un gesto vacío, es una forma de mantenernos conectados con lo que somos”.

Es así como los buenos modales, muchas veces olvidados en tiempos modernos, vuelven a cobrar especial significad en la era de la inteligencia artificial. No podemos olvidar que nuestro lenguaje revela quienes somos, y somos criaturas que han evolucionado para ser sociables, para vivir en comunidades civilizadas, culturas en las que los buenos modales han sido históricamente cuidados.

Esto enlaza con otro asunto peliagudo, comenta la experta, y es que “el lenguaje tiene un poder increíble para crear cultura”. Y con esto surge una importante pregunta. Si normalizamos hablar de forma impersonal, incluso si lo hacemos por medio de la tecnología, ¿qué mensaje le estamos dando a nuestro cerebro? Los hábitos que reforzamos al expresarnos de forma brusca o poco amigable con la IA pueden quedar grabados en nuestro comportamiento.

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Elige bien cómo te expresas

Esta idea que queda bien reflejada en la IA puede aplicarse a cualquier otro acto de comunicación. La forma en la que te hablas a ti misma, la manera en la que te comunicas con los animales, cómo te refieres a las personas cuando no están presente y hasta cómo le hablas a los objetos cotidianos con los que te enfrentas (todos hemos insultado alguna vez a la impresora) moldean tu personalidad. Porque, como explica la experta, “lo que se repite, se arraiga, y en la forma en que nos comunicamos, nos jugamos mucho más de lo que parece”.

Su mensaje no pretende enseñarnos a usar los famosos prompts o conseguir textos “humanizados” con la famosa IA. No, de lo que ella nos habla es de buscar la intención tras cada acto de comunicación, incluyendo aquellos que tenemos con la tecnología.

Estas tecnologías no tienen conciencia, pero tienen presencia, y cada vez más forman parte de nuestra cotidianidad. Es por eso por lo que “nuestra forma de interactuar con ellas, por mínima que parezca, termina moldeando también la forma en que interactuamos con todo”, asegura Ameijide.

Su conclusión es sencilla. Se trata de “cuidar las palabras, incluso cuando nadie las siente al otro lado”. Adquirir la costumbre de dejar de cuidarla puede ser fatal para nuestra salud mental e incluso para nuestra sociedad. Porque si dejamos de cuidarlas al hablar con la IA, “¿dónde más las descuidaremos?”.