Tino Casal, el mito del pop que murió en un trágico accidente cuando su carrera empezaba a despegar

Una serie de Atresplayer retrata la vida y carrera de este transgresor artista que se mostraba celoso de su vida privada y solía jugar a la ambigüedad

Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Tino Casal
Atresplayer

Se podría decir que la clave del éxito de Tino Casal radicaba en el talento natural que poseía, el tesón que demostró desde adolescente y la oportuna coyuntura en que publicó algunos de sus temas. Ahora, una miniserie documental, 'Tino Casal', disponible en Atresplayer, retrata, con la ayuda de algunos admiradores y allegados, la peculiar vida y carrera de este artista iconoclasta que, además de componer e interpretar sus propias canciones, producía las de otros compañeros, pintaba cuadros, hacía esculturas, diseñaba ropa, y hasta se encargaba de crear sus cuidadas puestas en escena.

Nacido en la localidad asturiana de Tudela de Veguín en 1950, Tino debutó a los catorce años como vocalista del grupo de rock Los Zafiros Negros. Después se unió a Los Archiduques, una banda asturiana con la que colaboraría hasta principios de la década de los setenta. Fue entonces cuando su entonces novia, Pepa Ojanguren, y él comenzaron a viajar a Londres, donde ambos se empaparon del glam rock y las propuestas estéticas del momento.

Al regresar a España, la discográfica Philips, que andaba buscando un sustituto para el malogrado Nino Bravo, se fijó en la potente voz de Tino y lo lanzó como cantante melódico en festivales de canción ligera como el de Benidorm. Pero Tino no estaba satisfecho con su estatus de cantante melódico, así que rompió con aquel sello, se centró durante un tiempo en la pintura y comenzó a colaborar con algunos artistas como Obús —de los que produjo sus dos primeros discos— o Antonio Flores —al que hizo los coros en la canción 'Pongamos que hablo de Madrid'—.

Su única pareja oficial

El intérprete de 'Eloise' acabó entrando en contacto con EMI, que sí supo explotar su talento, y ya en los años ochenta dio un giro a su carrera con el lanzamiento de su primer disco en solitario, 'Neocasal', que definió su estética rompedora. Ahora bien, tal y como se explica en 'Tino Casal y la modernización del pop español en los años ochenta', el asturiano no  creaba  personajes,  sino  que  presentaba  un  discurso en el que su excéntrica estética le representaba a él mismo: "Casal vestía igual sobre el escenario que caminando por la calle, proyectando el mensaje de que no iba disfrazado en escena, sino que era un vestuario que reflejaba su personalidad. Esta estrategia contribuía también a aportar legitimidad a su discurso".

Considerado el maestro de la movida madrileña, Casal se codeó durante años con personajes como Alaska, Los Costus —pareja de pintores compuesta por Enrique Naya y Juan Carrero— o Fabio McNamara. En el segundo capítulo de la serie se menciona su rivalidad con Pedro Almodóvar, al que ayudó a buscar financiación para el rodaje de 'Pepi, Luci, Bom...' y a quien, según cuentan algunos, hizo alguna referencia en su tema 'Champú de huevo'. "Hubo una serie de encontronazos entre Tino y Pedro", explica frente a la cámara su biógrafo, el periodista Gerardo Quintana. "La canción fue una manera de responderle como él sabía, con ironía y talento. En las canciones de Tino siempre había que leer entre líneas. En principio estaba dedicada a Fabio McNamara".

Por otro lado, son varios los entrevistados que recuerdan a Casal como un tipo bastante celoso de su vida privada. Aunque es cierto que él nunca habló abiertamente de su orientación sexual, y de hecho solía jugar a la ambigüedad, se sabe que durante más de una década salió con Ojanguren, su única novia oficial y la persona que le abrió las puertas de la cultura británica. "La conocí en Oviedo. Ella es profesora, licenciada en Filología inglesa, y reside en Asturias. Llevamos nuestra relación a nuestra manera, porque ninguno somos partidarios de convencionalismos", comentó sobre la ovetense, quien después de la ruptura llegó a triunfar como diseñadora de vestuario, declinó todas las invitaciones a dar entrevistas para hablar de su historia de amor y falleció en 2020.

Planes truncados

Después de publicar el álbum 'Etiqueta Negra', que contenía su exitoso tema 'Embrujada' y permitió su despegue definitivo, Casal vivió un auténtico calvario tras sufrir un esguince en un concierto. Como desoyó los consejos de los médicos que le habían recomendado reposo para seguir actuando, la lesión derivó en una necrosis de la cabeza del fémur que le obligó a pasar por cinco operaciones y tres años en una silla de ruedas. Se empezó entonces a especular con el verdadero motivo de su retirada de los focos, y algún periodista malicioso llegó a asegurar que padecía sida. Todo eso llevó a que algunas personas a quienes consideraba amigas le dieran la espalda y minó totalmente su moral —el trauma que le ocasionó quedaría luego plasmado en las letras de sus canciones—.

Pero a pesar de las vicisitudes, Casal no se dio por vencido y consiguió retomar su carrera. De hecho, a principios de 1991 parecía que empezaba a remontar el vuelo: además de ser elegido para protagonizar el musical 'El fantasma de la ópera', planeaba grabar en Tokio su primer lanzamiento discográfico internacional. Sin embargo, su estrella se apagó el 22 de septiembre de aquel año, como consecuencia de un aparatoso accidente de coche. Sucedió de madrugada, tras una larga noche de juerga junto a McNamara y el pintor Antonio Villa-Toro, cuando el Opel Corsa en el que viajaba junto a tres personas más chocó contra una farola en la madrileña carretera de Castilla. 

"Tino iba en el asiento del copiloto y no llevaba puesto el cinturón de seguridad", cuenta Quintana. "Con el impacto contra la farola, Tino salió despedido. Con el impacto hacia el salpicadero, una de sus costillas se rompió y literalmente le partió el corazón. En el parte de defunción se indica como causa del fallecimiento el politraumatismo y la rotura cardíaca". Tenía 41 años y mucho que ofrecer aún a su legión de seguidores.