La impresionante boda de Fabiola de Bélgica con vestido de novia de Balenciaga: la historia de la reina más querida

Es uno de los vestidos más icónicos de la historia de la moda. Su creador, Cristóbal Balenciaga, el modisto que se codeó –y rivalizó– con Dior y Chanel, lo confeccionó para Fabiola de Mora de Aragón en un mes y medio. La aristócrata española había enamorado al rey de los belgas, Balduino, y en su boda quiso lucir un modelo exclusivo que reflejara su personalidad discreta, elegante y recatada. Balenciaga era la persona perfecta para hacerlo porque, entre otras cosas, su primera gran clienta fue Micaela Elío y Magallón, Marquesa de Casa Torres, descubridora y mecenas del gran talento de Cristóbal y, a la sazón, bisabuela de la joven Fabiola.

El modisto más prestigioso dentro y fuera de nuestras fronteras

Pero no fue ese parentesco el motivo por el que Fabiola eligió a Balenciaga para que le hiciera su vestido nupcial. El modisto vasco, nacido en Guetaria (Guipúzcoa) el 21 de enero de 1895, era el diseñador español con más prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras. Clientas suyas fueron Jacqueline Kennedy, Grace Kelly, Anita Ekberg, y, en plena época franquista, cómo no, Carmen Polo, su hija Carmen Franco y su nieta, Carmen Martínez-Bordiú, de quien confeccionó también el vestido de boda que lució en su enlace con Alfonso de Borbón, duque de Cádiz.

Cristóbal Balenciaga heredó de su madre, que era costurera, su pasión por la moda.

Bruselas vivió una gran boda real retransmitida por Eurovisión

Era el 15 de diciembre de 1960 y Bruselas se había vestido de gala para celebrar la boda de su rey, Balduino, con una aristócrata española de 32 años, Fabiola de Mora y Aragón, hija del marqués de Casa Riera y de la marquesa de Casa Torres. Su madrina de bautismo fue, nada más y nada menos, que la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII. Mejor pedegrí imposible para una futura reina de los belgas.

El vestido nupcial de Fabiola causó sensación y toda Europa pudo verlo en directo, ya que la boda fue retransmitida por Eurovisión. En España, por aquel entonces, había pocos televisores, así que la gente se reunió para ver la boda en casas particulares que presumían de tener ese aparato o en algún bar cercano que dispusieran de uno.

La boda se celebró en Bruselas el 15 de diciembre de 1960.

Vestida de blanco satén y visón

El vestido que Cristóbal Balenciaga creó para Fabiola es un vestido invernal, de escote barco, manga japonesa y talle por encima de la cadera. La falda, con mucho volumen, se fruncía a la cintura y de los hombros salía una larga cola, a modo de capa, que necesitó seis metros de tela para su confección.

El diseño estaba realizado en satén de color blanco marfil, adquirido para la ocasión en una de las mejores tiendas de Barcelona, Sederías Jorge Fábregas. En total, Balenciaga necesitó 30 metros de tela. Lo que más llamaba la atención, sin embargo, es el ribete en visón blanco que perfilaba el escote, la cadera y la capa.

Los recién casados, a la salida de la catedral de Bruselas.

Una pieza de museo

El vestido lucido por Fabiola en su boda está considerado como una de las piezas estrellas que se conservan en el Museo Balenciaga de Guetaria. Tras haber formado parte de la exposición 'Balenciaga y la pintura española', organizada por el Museo Thyssen Bormenisza entre el 18 de junio y el 22 de septiembre de 2019, el vestido volvió a las estancias del museo, primero a sus almacenes –donde el vestido se tomó "un descanso" para tareas de conservación– y después, a su lugar en uno de los salones del Palacio Aldamar, antigua residencia de verano de los Marqueses de Casa Torres, en los que un chaval llamado Cristóbal acompañaba a su madre, modista de la marquesa, entre hilos y telas.

Contaba Balenciaga en una de las pocas entrevistas que concedió –dos en toda su vida– que cuando estaba en ese palacio le gustaba ver los armarios repletos de ropa de la marquesa y que un día, teniendo él solo 12 años, la señora, viendo el entusiasmo del chiquillo por la confección, le dio una tela para que le hiciera un vestido. Y se lo hizo. El pequeño Cristóbal se quedó henchido de orgullo al ver a la marquesa el domingo siguiente en misa con el vestido que él le había hecho. A partir de ahí, la marquesa se encargó de que todas sus amigas le encargaran ropa y, con 20 años, Balenciaga ya era un modisto altamente reconocido.

El vestido de Fabiola está expuesto en el Museo de Balenciaga, en Guetaria.

Una reina muy querida por los belgas

El matrimonio de Fabiola fue muy sólido durante los 32 años que duró. Tanto Fabiola como Balduino fueron dos personas muy religiosas que protagonizaron algún que otro escándalo, como cuando Balduino 'abdicó' temporalmente durante tres días porque el gobierno de su país iba a legalizar el aborto. Balduino  no estaba dispuesto a refrendar esa ley que iba contra sus creencias religiosas, hecho que supuso un shock para la sociedad belga. Fabiola, por supuesto, estaba totalmente de acuerdo con su esposo.

El gran drama de Fabiola fue el de no haber podido darle descendencia a Balduino. Sufrió varios abortos y estaba dispuesta a perder la vida en una complicada operación con tal de darle un heredero a la monarquía belga. Pero ese hijo o hija nunca llegó.

Pese a todo, Fabiola fue muy querida por los belgas. Hablaba con fluidez los dos idiomas oficiales del país, el francés y el neerlandés, y siempre representó a Bélgica con dedicación y respeto, aunque nunca olvidó sus raíces españolas. De hecho, el matrimonio veraneaba en Andalucía, concretamente en Motril, donde tenían una casa llamada Villa Astrida, en honor a la madre de Balduino.

Balenciaga, de actualidad por la serie dedicada a su vida

La figura de Cristóbal Balenciaga vuelve a estar de actualidad gracias a la serie de Disney+ que protagoniza Alberto San Juan. El actor se mete en la piel del modisto cuando este se instala en París en 1937 escapando de la guerra civil española. El papel de Fabiola en la serie lo interpreta la actriz Belén Cuesta.

Alberto San Juan, en la serie 'Balenciaga', frente al vestido de Fabiola.