Desde el comienzo ha estado en el punto de mira de las autoridades policiales de Portugal, Reino Unido y Alemania. Pero también desde el inicio ha negado continuamente su implicación en la desaparición y posible asesinato de Madeleine McCann, la nina británica de tres años de la que nunca se supo nada más tras una aparentemente sosegada noche de verano en Praia da Luz, zona turística de playa del país portugués. Se trata de Christian Brueckner, el sospechoso número uno para las autoridades policiales.
El peor momento para siempre en las vidas de los McCann, que jamás pudieron imaginar cómo les iba a cambiar la vida por irse a cenar con unos amigos en el restaurante ‘Tapas’, a solo 50 metros del apartamento, mientras dejaban a sus tres hijos -dos mellizos- solos durmiendo.
Violó a una mujer de más de 80 años también en Portugal
Como todos sabemos -ya que es un caso que ha dado la vuelta al mundo- alguien forzó la cerradura y se llevó a Maddie sin dejar rastro alguno. Pero lo más retorcido seguramente sea que Brueckner conoció a los padres de la niña porque trabajaba como camarero por aquel entonces en el bar mencionado, del que ellos eran unos habituales en las que acabaron siendo sus peores vacaciones de verano de toda su vida.
Pues bien, después de dos décadas de investigaciones sin pruebas, testigos ni rastro alguno de la adorable niña rubia, ahora ya parece por fin que la policía tiene pruebas fehacientes para detener a este alemán por el presunto secuestro de la menor. Ahora ya sí los investigadores parece que tienen todo mucho más atado, tanto como para hacer públicas estas pruebas que, definitivamente, obligarían a este ‘monstruo’ a sentarse en el banquillo por una desaparición que sigue conmoviendo a todo el planeta.
La más relevante de todas ha sido especialmente reciente y, más o menos, casual. Y es que ahora mismo el supuesto secuestrador, además de estar encerrado por la violación de una octogenaria también en Praia da Luz en 2005, está inmerso en una serie de juicios por otros supuestos delitos de violaciones, agresiones sexuales y exhibicionismo. Pues bien, en uno de esos juicios que ahora mismo se está celebrando ha ‘saltado la liebre’.
Esta es la prueba definitiva contra Brueckner
Titus Stampa, detective llamado a declarar en este proceso, ha explicado que la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) -que sería como el FBI alemán- habría encontrado dos correos electrónicos de Brueckner de los que no ha podido dar detalles muy concretos al estar estrechamente relacionados con el caso de Maddie. Pero lo que sí ha compartido desde el estrado es que el alemán los utilizaba para mandar imágenes de abusos sexuales, y que casualmente habrían desaparecido todos los mails pertenecientes a la primera mitad de 2007. La niña de rizos rubios se esfumó en mayo de ese mal año.
Por otro lado, asegura que las autoridades pertinentes también tienen en su poder un disco duro del pedófilo del que no ha desvelado su preocupante contenido por ser información confidencial relacionada directamente con la investigación internacional sobre la desaparición de la niña británica, supuestamente “al 90% de su resolución” si hacemos caso a lo que ya en junio de 2020 dijo textualmente Christian Wolters, el responsable de la fiscalía alemana de Braunschweig.
Fantasías con mujeres y niñas "abusadas sexualmente"
Declaración en el tribunal regional de Braunschweig (Alemania) de este detective que no tiene desperdicio, porque sí que ha desvelado el contenido de los peores correos de Brueckner durante su intervención en el juicio actual contra el pedófilo. El más asqueroso de todos los que ha compartido habla de una fantasía "sobre una niña de cinco años y su madre que son secuestradas y llevadas en una camioneta" antes de ser "abusadas sexualmente". "Se trataba de violencia y brutalidad y de abusos sexuales: una es violada delante de la otra", ha dicho Stampa ante una sala enmudecida ante tales palabras.
Esperamos que esta prueba, junto al testimonio clave de Helge Busching -quien en 2017 declaró ante la policía que el violador le habría confesado el crimen días después del suceso dándole incluso detalles del secuestro perpetrado- y la localización del teléfono móvil de Christian que ubicaba a este a muy pocos metros del apartamento donde felizmente dormía la pequeña Maddie junto a sus hermanos mellizos, consigan por fin que se haga oficial su orden de detención. Los McCann, sus hermanos mellizos -ahora ya mayores de edad- y toda Europa podremos continuar con nuestras vidas sabiendo que se ha hecho justicia. Pero que jamás nos devolverá a una niña de tres añitos que no merecía un final tan trágico ni, desde luego, una vida tan corta.