Bajo la expectante premisa de "parece una película, pero es real", Carles Porta vuelve a la televisión para hacernos vibrar con su exquisita manera de narrar crímenes reales, siempre desde el rigor, la veracidad y la objetividad. Además, por primera vez lo hace con casos que salen de sus habituales fronteras, las de su Cataluña natal.
Así pues, el periodista especializado en crónica negra acaba de estrenar, otra vez, con gran éxito su primer ‘true crime’ basado en horrorosos delitos perpetrados en nuestro país los últimos años. De la mano de Movistar Plus, el ilerdense se adentra en profundidad en hechos reales que conmovieron a la opinión pública y todavía se recuerdan con amargor a día de hoy.
‘El descuartizador de Majadahonda’
‘El descuartizador de Majadahonda’ es, posiblemente, el más macabro de los cuatro que ya se pueden ver en la plataforma de ‘streaming’ y, además, con principio y final cerrado-desgraciadamente muchas son las desapariciones que quedan sin resolver en nuestro país-. Un doble capítulo que deja sin aliento al espectador y que ofrece todos los detalles del que fuera el crimen más mediático del año y de la década.
Bruno Hernández, vecino de lesta localidad próxima a Madrid, mató, descuartizó y trituró a su tía Lina y su inquilina, Adriana. Porta aborda el escandaloso caso desde el prisma del hermano de la segunda víctima, quien se desplaza desde Argentina para saber cual es su paradero. Tras una ardua investigación policial y un juicio tras el que es condenado a 27 años de prisión, el descuartizador de Majadahonda nos recuerda en un aspecto fundamental al famoso caso de Daniel Sancho: el descuartizamiento del cuerpo tras el asesinato con cuchillos y otros utensilios punzantes de cocina.
Asó lo defendió Marcos García Montes
Pero hay más. Casualmente, el célebre abogado de ‘causas perdidas’, Marcos García Montes, también defendió a Bruno en 2017. Y como igualmente ocurrió en el no tan lejano proceso judicial al hijo de Rodolfo Sancho, perdió el caso. Eso sí, para el primero pidió la exención total de la responsabilidad criminal mientras que en el juicio tailandés contra el joven chef reconoció el homicidio imprudente de su cliente.
Otra destacable diferencia a tener en cuenta es el tratamiento del suceso desde los medios de comunicación. Mientras que en el supuesto de Sancho en todo momento, y como debe ser, siempre se ha informado desde la presunción de inocencia -el supuesto asesino del cirujano colombiano Edwin Arrieta- en el que trata Carles Porta en Movistar Plus está norma ética del periodismo se ignoró desde el minuto uno.
Dos casos con puntos en común pero injustas diferencias
Es literal. Según narra el documental de cuidada estética cinematográfica, el primer periodista que sacó la noticia a la luz -cuando el caso solo estaba en fase de instrucción- lo bautizó así, como el descuartizador de Majadahonda. Ni presunto ni supuesto.
¿Cuáles son las diferencias? Para la justicia, ninguna, pues los dos han sido sentenciados por los crímenes cometidos. Pero posiblemente el hecho de que Bruno no fuera hijo de un famoso dejó vía libre para hacerle un juicio paralelo incluso antes del formal, aunque fuera acertado como después se corroboró con un veredicto que además quedo ratificado años más tarde, en 2018, por el Tribunal Supremo.