Desde los inicios de la Humanidad, el ser humano ha estado constantemente buscando algo tan difícil como la completa felicidad. Ya en la época de los filósofos Aristóteles o Platón, los célebres griegos trataban de definirla: para ellos, este anhelado estado está en la virtud o las ideas. Pero, en esta búsqueda continua, es en donde creen los especialistas que está el fallo.
Son solo los japoneses en el mundo quienes parece que tienen la clave para conseguir el bienestar de la forma más sencilla. Son muchos los conceptos de los que se compone la filosofía que tantos siguen dentro y fuera de Japón, pero en ‘Lecturas Diario’ queremos compartir contigo el que ponen en práctica en el día a día: el 'shoshin'.
‘Shonshin’ o 'mirar con ojos de niño'
El ‘shonshin’ forma parte del budismo zen, pero es una idea de felicidad muy fácil de entender. Esta filosofía lo único que te sugiere es ‘ser feliz’ con una mente de principiante. Es decir, ‘mirar con ojos de niño’. Como si fueras siempre un novato o primerizo, que buscan aprender continuamente de todo lo que les rodea.
La idea es dejar de lado prejuicios para tener así una actitud de ‘apertura’. Cuando actuamos como ‘niños’, nuestra mente está abierta y vacía. Pero, sin embargo, conforme vamos llenándonos de experiencias y aprendizajes la mente se va cerrando. Tendemos, inconscientemente, a bloquear la información que nos llega con la que no estamos de acuerdo y a ceder fácilmente a la que confirma nuestro punto de vista.
Así pues, poniendo en práctica el ‘shonshin’ japonés, nos nos cerraremos solo en nuestra realidad y conseguiremos -cambiando nuestra actitud- alcanzar el bienestar. Pero esto no significa en ningún caso regresar a nuestra etapa infantil y olvidar que somos adultos, sino vivir la vida con la confianza, alegría y frescura de un niño.
Guía rápida para alcanzar la felicidad
James Clear, autor de ‘Atomic Habits’, es un referente en esta forma budista de buscar la felicidad, por lo que sus recomendaciones para implementarla en el día a día seguro que son útiles y efectivas. Estas son algunas de ellas:
- Empieza a asumir que no sabes ‘nada de nada’. De algo sabemos, pero no de todo. Siempre hay algo nuevo que se puede aprender todos los días, aunque sea cualquier pequeña curiosidad. Por insignificante que sea, seguro que en algún momento de tu vida te servirá de algo.
- Deja la batalla de las peleas dialécticas. Empieza a desprenderte de la necesidad de ganar en todas las discusiones. No hace falta estar encontrando siempre la forma de rebatir a tu interlocutor para acabar ‘por encima de él’. Y es que nadie tiene que quedar ni por encima ni por debajo.
- Pregunta más. Debes abandonar la verborrea y preguntar más. Clear recomienda que le pidas a la persona con la que estés hablando que te cuente más sobre el tema que estéis abordando.
¡Calla y escucha un poco!
Abandona la idea de agregar valor continuamente en tus relaciones. Hay muchas personas que, consciente o inconscientemente, tienen la abrumadora necesidad de aportar valor a quienes les rodean. Aunque pueda parecer positivo, en la práctica no es un buen comportamiento: hay quien nunca llega a tener conversaciones en las que solo se calle y escuche.
Hay una buena frase del autor de ‘Atomic Habits’ en su libro que dice "en la mente del principiante hay muchas posibilidades, pero en la del experto hay pocas". Empieza a aceptar que no se puede saber de todo, y que existen otras personas que te lo irán enseñando durante el camino de la vida. ¡Empieza ya a poner en práctica el ‘shonshin’ y alcanza fácilmente la felicidad!