Las monjas de Belorado están más que nunca en el foco mediático con su revelación contra la Iglesia Católica. Además, están acompañadas de un arzobispo que ejerce como portavoz y un obispo hereje que se encierra con las monjas. Todo fruto de la revelación de las monjas, tras la negación del Vaticano para que compraran un convento en Euskadi.
La relación del Cisma con las monjas de Belorado
La viral reacción de las monjas del monasterio de Belorado ante la solicitud de compra del convento en Orduña ha puesto el foco sobre la iglesia. Tal y como señalaron en un comunicado, las monjas renunciaron a la tutela eclesiástica para pasar bajo el liderazgo de Pablo de Rojas Sánchez-Franco. Ahora, el Arzobispado de Burgos pretende revertir la situación que ha generad sobre la comunidad religiosa. Según fuentes del Arzobispado a EFE, Pablo de Rojas Sánchez-Franco y la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli trabajan para el cisma.
Tal y como señalan los orígenes de la palabra, significa división o separación. En el entorno de la iglesia se aplica a la “disolución de la unidad eclesiástica por causa de discordias intestinas permaneciendo íntegra la fe de la iglesia”. Es decir, las personas cismáticas creen en los mismos dogmas, pero se alejan separándose de la obediencia de sus pastores. De hecho, tal y como recoge el Código del Derecho Canónico, el cisma es un delito que podría tener consecuencias más graves como la excomunión. El cisma es mucho más complejo de lo que parece y existen dos tipos.
Por un lado, el cisma interno es aquel que se queda dentro de la iglesia. Además, dentro de la diócesis se desconoce la autoridad del obispo legítimo. Cuando hay dos de ellos, cada uno tiene un determinado número de fieles que le obedecen. Por otro lado, existe el cisma externo caracterizado por la discordia entre iglesias particulares. Además, se rompen los vínculos que las unen recíprocamente. Las monjas han dejado a la zona sin uno de sus productos estrella, los dulces, y sin la oración de sus fieles. Esta decisión es toda una revolución para la Iglesia Católica. "Reniegan de los últimos seis papas para sumarse a una unión que se considera una secta" en la Santa Sede, ha explicado Susana Griso.
El riesgo de las monjas
Tras su mediática respuesta, las monjas se arriesgan ahora a ser tachadas de herejes. Es decir, que han negado los dogmas establecidos por la religión. "Los motivos parecen ser dos: el no otorgamiento de la licencia para la venta del convento de Derio, que propiciaba el no poder comprar el convento de Orduña y, además, parece que subyace algún problema teológico o de la deriva, según ellas, de la Iglesia católica", explicaba el alcalde de la localidad burgalesa en su conexión con ‘Espejo Público’. Al parecer, además del conflicto que existe por la licencia de compraventa, hay una falta de acuerdo con la doctrina. Esta es la causa que justifica la ruptura con Roma. La Archidiócesis de Burgos ha emitido un comunicado en el que explica que se ha puesto "en conocimiento este asunto a la Santa Sede y se procederá según sus indicaciones". Además, ha señalado que se “exhorta" a los fieles "para que no participen en ningún acto litúrgico del monasterio de Santa Clara, en Belorado ni en el de Orduña".
La separación de una monja
La última información que ha trascendido ha señalado que una de las dieciséis monjas del convento de Belorado (Burgos) se ha ido del monasterio a otro de la misma congregación de las clarisas. El motivo sería estar en desacuerdo con la ruptura con la iglesia Católica. Además, según ha señalado Religión Confidencial, una de las monjas ha sufrido un infarto y está siendo atendida en el Hospital San Juan de Dios en Burgos. El Arzobispo de Burgos ha señalado en sus declaraciones públicas que desea un entendimiento don las religiosas y todavía no va a proceder a una pena de excomunión.