Fecha de caducidad y consumo preferente no es lo mismo: esta es la vida útil de tus alimentos

Consumir alimentos en mal estado puede suponer un graves problemas para la salud

Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 20 de marzo de 2024, 15:24

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La fecha de los alimentos es un elemento muy importante que debemos conocer para evitar intoxicaciones alimentarias y es un aspecto que, a veces, confunde a muchos, pero, ¿conocemos realmente la diferencia entre la fecha de consumo preferente y la de caducidad?

La vida útil de los alimentos que tenemos en la nevera

La vida “útil” de los alimentos es aquella que transcurre desde que se elaboran hasta antes de perecer. Además, debemos tener en cuenta que el tiempo de deterioro puede ser más rápido si no se conserva en las condiciones adecuadas. Cada alimento depende, claro está, de sus características.

Son muchos los factores que influyen sobre el deterioro de los alimentos como, por ejemplo, la humedad, la luz o la temperatura. Si los alimentos no se conservan en el lugar adecuando, pueden aparecer hongos o bacterias que, en ocasiones, ni si quiera podemos percibir a simple vista. La leche y los zumos abiertos pueden permanecer en la nevera un máximo de 3 a 4 días. Las carnes y pescados no se deben conservar más de 3 días, pero se pueden congelar para consumir más adelante. Los alimentos que contienen chocolate como las galletas deben guardarse en un lugar fresco y seco como las latas, las cuales pueden conservarse en buen estado más de 6 meses sin abrirse.

La fecha de caducidad y de consumo preferente

Son muchos quienes piensan que la fecha de caducidad y la de consumo preferente son lo mismo, pero no es así. La fecha de caducidad de un alimento señala el último día en el que se puede comer, mientras que la de consumo preferente se refiere al momento hasta el que se mantienen las propiedades. Es decir, una vez pasada la fecha de consumo preferente, la calidad el producto puede disminuir, aunque todavía sigue siendo comestible sin poner en riesgo la salud. Normalmente, la fecha de consumo preferente se aplica en productos más duraderos. Señala, concretamente, el fin de comercialización del producto, ya que no se ofrece en las mejores condiciones.

La fecha de consumo preferente se utiliza para alimentos deshidratados, que contienen poca agua o esterilizados. Algunos de ellos son cereales, legumbres, sopas, purés, latas, aceite, etc. Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, los yogures pueden aguantar hasta 60 días después de la fecha de consumo preferente siempre y cuando sean conservados en el lugar adecuado.

Por el contrario, la fecha de caducidad es mucho más estricta y una vez superada los alimentos deben desecharse. Cada una de las fechas aparecen debidamente señaladas sobre los productos como “de caducidad” o “de consumo preferente” para evitar riesgos.

Cortar la parte infectada de un alimento aumenta el riesgo de intoxicación

Estamos acostumbrados a leer la fecha de caducidad que tiene la comida, aunque, sin embargo, consumimos alimentos en mal estado sin saberlo. ¿Cuántas veces has cortado el trozo de moho de una fruta y te has comido el resto? Debes saber que esto es un error y “provechar” así la comida puede salirte muy caro. Quitar el hongo y comer la parte, supuestamente, limpia puede provocar una intoxicación alimentaria.

Según Miguel Assal, Técnico de Emergencias Sanitarias y Protección Civil, en un vídeo de su cuenta de TikTok, “puede provocar desde una simple diarrea hasta un shock anafiláctico por alergia alimentaria”. Miguel asegura que algunos hongos son capaces de producir sustancias muy peligrosas. “Las llamadas ‘micotoxinas’ son potencialmente cancerígenas y aumentan el riesgo de padecer cáncer de hígado. Son resistentes al calor y a cualquier desinfectante, por eso es mejor desechar el alimento”, explica el técnico sanitario.

Aunque la parte sin hongo tenga buen aspecto es muy probable que esté contaminada, ya que las esporas no se pueden ver a simple vista. Además, Miguel asegura que cuanta más agua tenga el alimento, más rápido se contaminará una vez aparezca el hongo. ¿Qué podemos hacer entonces para ralentizar su aparición? Refrigerar las piezas de fruta si no se van a consumir en poco tiempo, evitar bolsas de plástico y las zonas con mucha humedad, son algunas opciones.

Otros peligros de seguridad alimentaria

Algo muy común que hacemos cuando nos sobra comida es guardarla para otra ocasión en lugar de tirarla, pero los expertos recomiendan tener mucho cuidado con ciertos alimentos. El arroz es uno de ellos y el peligro no está en recalentar el alimento como algunos piensan, sino en la manera de conservarlo. Para evitar cualquier tipo de intoxicación, el Técnico de Emergencias Sanitarias Miguel Assal recomienda guardar los alimentos en la nevera y evitar, a toda costa, conservarlos a temperatura ambiente. “En el arroz crece, y muy rápido, la bacteria ‘Bacillus cereus’. Las esporas de esta bacteria germinan rápidamente produciendo toxinas que no se ven ni se huelen y los síntomas de la bacteria no tardan en aparecer: diarrea, dolor abdominal y nauseas o vómitos”, señala.

Además de conservar los alimentos en la nevera bien refrigerados se recomienda cubrirlos con un ‘film’ transparente o dentro de un túper. “Lo ideal para evitar la aparición de la bacteria es conservarlo en porciones más pequeñas y poco profundas”, explica. Además, cuenta que el arroz no se debe conservar más de tres días, aunque esté refrigerado y no puede estar a temperatura ambiente más de una hora. Para evitar el riesgo de intoxicación se aconseja seguir las recomendaciones de los expertos.

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