El pueblo más bonito de abril, según National Geographic, tiene un color especial y no está en el sur

Albarracín, un pequeño municipio ubicado al suroeste de Teruel, es considerado como Monumento Nacional y el mejor pueblo para visitar en abril

Alicia Alarcón
Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Albarracín Teruel
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La llegada de la primavera y la subida de las temperaturas despiertan las ganas de viajar. De hecho, son muchos quienes se toman un descanso durante los fines de semana para hacer turismo en otro lugar del país. Según ha desvelado National Geographic, Albarracín es el pueblo más bonito al que viajar en abril. Este pequeño municipio de Teruel está lleno de historia y contiene una arquitectura espectacular. Es, sin duda, una ruta perfecta para los amantes del senderismo, la historia y los viajes.

El pueblo más bonito para visitar en abril

Abril es un mes ideal para viajar. Cada vez se está notando más la llegada del buen tiempo y, con el, aumentan las escapadas durante el fin de semana. Uno de los destinos favoritos para hacer turismo es la costa, aunque también predominan los viajes a la montaña. National Geographic ha descubierto cuál es el mejor pueblo al que viajar este mes y se encuentra en un entorno rural. Calles estrechas con mucho encanto, museos y un casco antiguo espectacular son algunas de los elementos que tiene Albarracín.

¿Qué lo hace especial?

Este pequeño municipio ubicado al suroeste de Teruel se corona como el más bonito de Aragón y, también como uno de los más bellos de España. Tan solo tiene 1.015 habitantes y una superficie de 452,72 metros cuadrados, pero es único y especial. De hecho, desde 1961, Albarracín es considerado como Monumento Nacional. También, posee la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 1996 y está propuesto por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. El pueblo se encuentra encaramado en un peñón y rodeado por el río Guadalaviar. Con unas vistas espectaculares, el municipio contiene casas colgadas edificadas mirando hacia el río. Pero, esto no es todo.

La arquitectura de las distintas infraestructuras está caracterizada por tener un color rojizo llamado rodeno. Este material es una piedra arenisca natural que contiene cuarzo rojizo y violeta. Además, Albarracín está rodeado por el nacimiento de los ríos Júcar, Tajo, Jiloca y Gabriel, lo que lo hace todavía más especial. En cuanto al entorno natural, gran parte de su término municipal está ocupado por los Pinares de Rodeno, un paisaje protegido. Sin duda, es un lugar que destaca por la belleza de su patrimonio histórico y por la tranquilidad que se respira en él.

Qué ver en Albarracín

A pesar de su pequeño tamaño, Albarracín posee múltiples actividades y diversos puntos turísticos para visitar. De hecho, cada año recibe miles de turistas tanto extranjeros como nacionales que van a disfrutar de su acogedor ambiente. Es un lugar que se puede visitar por libre a pie. También, quienes están más interesados en la historia pueden disfrutar de visitas guiadas con un increíble 'viaje al pasado'. Los tres lugares más emblemáticos y representativos del municipio que todo turista debe visitar son el Casco Histórico, la Catedral del Salvador y el Palacio Episcopal.

Callejear, sobre todo, por el Casco Histórico es fundamental para apreciar la arquitectura y el ambiente tan tranquilo que se respira en el municipio. Esta experiencia traslada a muchos a la época medieval que se refleja en las películas. Puesto que es un entorno rocoso e inclinado, se recomienda viajar con un calzado cómodo. En la ruta de visita por el Casco Histórico se aconseja visitar también la Iglesia de Santa María, la Casa de la Julianeta, la Torre Blanca y la calle Azagra.

Un punto estrella de Albarracín es su muralla. Un elemento de origen árabe que todavía se conserva  y que posee unas vistas increíbles. El camino puede ser un tanto complicado pero es accesible. Entre otros planes, los museos son una actividad ideal para disfrutar en familia, con amigos o en pareja si se visita el municipio. Además, el museo de Albarracín es un tanto peculiar, ya que después de la Guerra Civil, se utilizó como cárcel. En su interior, se puede conocer toda la historia del municipio en la época medieval, contemporánea y moderna. Sin duda, Albarracín es la apuesta perfecta para los amantes del turismo, el senderismo, la arquitectura o la historia.