La sequía en nuestro país es, desde hace décadas, un desafortunado clásico que ya no solo afecta en verano. Muestra de ello son las ya no pocas restricciones en el uso de agua desde principios de 2024 en comunidades autónomas como Andalucía o Cataluña. Y la solución es también siempre la misma: la reducción en el consumo de agua.
Aún faltan varios meses por delante antes de que llegue el ansiado verano, pero de momento ya son varias las poblaciones españolas que prevén serias y duras restricciones en el consumo del que ya podríamos denominar como ‘oro líquido’ de nuestro país. La sequía por falta de lluvias ya prevé restricciones en lugares como Girona, Almería, Sevilla o Barcelona.
Sin agua en las duchas de las playas
Estas nuevas medidas se adaptarán a la gravedad o no de los problemas de abastecimiento según zonas y núcleos poblacionales de nuestro extenso país. Así pues, en muchos ya está aprobado que en pocas semanas se reduzca el consumo de agua en piscinas públicas, privadas y gimnasios -con su rellenado parcial- y, si la situación de cara al verano obliga, el cierre total de las duchas para los usuarios de dichos espacios deportivos. Pero hay más:
En muchos sitios se prohibirá directamente limpiar los coches en casa, pudiendo hacerlo solo en aquellos negocios basados en la circulación del agua para hacerlo, se cortará el agua de duchas y grifos para los pies en zonas de playa o, por ejemplo, no se permitirán juegos de agua o fiestas de la espuma, muy típicas en las fiestas de muchos de nuestros pueblos.
"Nadie va a cortar el grifo a nadie", según la ministra Ribera
Este es el marco planteado ya en varios municipios, que de momento no contempla que afecte a las viviendas en forma de cortes de agua tal y como ha asegurado estos días la actual ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. "Nadie va a cortar el grifo a nadie" en el país en caso de problemas por la sequía con argumentos geográficos o de residencia, aunque ha calificado de "complicada" la situación en Andalucía y Cataluña.
De momento, la única restricción ya aprobada que más podría acercarse a tan temido corte -durante franjas de horas- en el consumo de agua en viviendas es la que afectará a zonas muy puntuales en situación de excepcional sequía y escasez severa de Andalucía, donde se establecen límites de hasta 200 litros por habitante y día.
Las peores restricciones de la historia
Hasta aquí solo las restricciones que afectarán directamente al ciudadano, pero es solo ‘la punta del iceberg’. Las medidas más profundas, ya aprobadas por ejemplo en Cataluña, se centran en el sector agrícola -se podrá gastar menos del 80% del agua que se usa ahora- o a la industria, que lo tendrá que reducir en un 25%.
Estas otras normas en la racionalización del agua en el sector primario y secundario, que no notaremos en la vida cotidiana, han contado con el aprobado de varios expertos como Robert Savé Monserrat, investigador y biólogo del IRTA -Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias- quien ha explicado para Infobae que “ya no es un problema el consumo de cada uno, desde los 110 litros que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta los 200 que ha impuesto Cataluña en los sitios con restricción de agua. El problema es toda el agua gastada que no vemos”.
Savé aplaude estas restricciones que ponen el foco, por fin, en los sistemas productivos de nuestro país porque “la ubre no da más leche, es imposible. No tenemos suficiente agua ni habrá suficiente agua para las personas que somos. El hambre y la sed movilizará millones de personas en movimientos migratorios futuros. Cada persona del primer mundo gasta 1.800 metros cúbicos al año. Esto es una cifra alucinante, pero es real. Una manzana que nos llevamos a la boca, en el mejor de los casos de mayor eficiencia de riego, gasta 35 litros de agua. En el peor, porque se cultiva con riego por inundación, llega hasta los 70 litros”, ha alertado también.