Por qué celebramos Sant Jordi: un origen más allá de libros y rosas

Este martes es un día grande para Cataluña. El 23 de abril celebran su patrón en una fiesta donde el libro y la rosa son los grandes protagonistas, pero también sus autores: Zapatero o Sonsoles Ónega firmarán en Barcelona

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Sant Jordi
David Zorrakino / Europa Press

Sonsoles Ónega, Juan del Val, Carmen Mola, Zapatero o J.A. Bayona serán solo algunos de los más mediáticos escritores que este martes firmarán sus libros en Barcelona para celebrar una cita ineludible: el Día de Sant Jordi en Cataluña o Día de los Libros y las Rosas. Vuelven así otro año más las tradicionales casetas con el libro como protagonista y su fiel compañera en tan alegre celebración: la rosa. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cuál es el origen de la tradicional fiesta?

Por todos es sabido que San Jordi es el patrón de Cataluña, aunque no se trate de una jornada festiva en el territorio catalán, pero que coincide con el Día Internacional del Libro ya es menos popular. Y es que la Unesco, en 1995, decidió asignar esa fecha todos los años en el calendario mundial para homenajear un día especialmente simbólico para la literatura universal. Los célebres Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega fallecieron un 23 de abril de 1616. Los tres el mismo día.

Por todo ello, es un día grande para Cataluña. Aunque ciudades como Barcelona se llenan de actividades principalmente culturales, la tradición fundamental de la fiesta sigue manteniéndose intacta. Regalar una rosa -o un clavel- y un libro.

Por qué rosas rojas o claveles amarillos

Sobre por qué se regalan rosas, hay una leyenda que prevalece sobre el resto de hipótesis. Es la que relata el pasaje principal sobre San Jordi en el que el santo termina con la vida del gigantesco dragón atravesándolo con una lanza afilada. Pues bien, por lo que cuenta la tradición, la sangre de las mortales heridas gotearon hasta el suelo en el que nació un rosal que florecería todos los abriles a partir de entonces.

La tradición se remonta al siglo XV y, desde entonces, con mayor o menor seguimiento no ha dejado de celebrarse. Aunque la rosa es la gran protagonista, suele regalarla más los hombres a las mujeres que al revés, pero también está el clavel amarillo con el que las féminas pueden tener el mismo detalle en San Jordi con sus parejas.

El día del libro se celebró en la Expo de Barcelona 1929

Regalar un libro junto a la rosa o clavel llegaría algo más tarde, a principios del siglo XX. Por aquel entonces, el reconocido escritor valenciano Vicent Clavel i Andrés y director de la editorial Cervantes fue quien tuvo la idea e hizo todo lo que estuvo en su mano para llevarla a la práctica y tuviera el éxito que hoy es indiscutible. 

La primera vez se celebró en octubre de 1927, y la segunda en 1929 enmarcada en un día muy importante para el país y Cataluña: la Expo Internacional de Barcelona. Y a partir de entonces, todos los 23 de abril. Fiesta la del libro, que empezaba entonces a coincidir con la de la rosa mencionada antes.

Tal es el fervor de este festejo en el que regalar una rosa y un libro, además de las firmas de sus autores, es su razón de ser, que en 2015 la ciudad condal tuvo el honor de ser nombrada Ciudad de la Literatura de la UNESCO. La singularidad de la fiesta es lo que más le llamó la atención al organismo de las Naciones Unidas que busca proteger y promocionar la cultura en el mundo.

El 8% de libros en Cataluña se venden el día de Sant Jordi

Y es que la imperdible fiesta está alcanzando hitos dignos de sostener las grandes leyendas que hay detrás de tan importante día para el pueblo catalán. Desde hace ya bastantes años, el ocho por ciento de los libros que se venden en la comunidad autónoma se compran solo durante esas 24 horas del Día del Libro y de las Rosas. Por ejemplo, el 23 de abril de 2016 se vendieron algo más de un millón y medio de ejemplares de 45.267 títulos diferentes.

Este martes, 'una rosa para un amor y un libro para siempre', su lema,  volverá a imperar en la gran mayoría de los municipios de Cataluña y, principalmente, en los emblemáticos Paseo de Gracia y La Rambla de Barcelona. Rosas rojas, muchos libros, caras conocidas firmando y, sobre todo, alegría y diversión contagiará a todo aquel que salga a la calle a disfrutar del Día de Sant Jordi.