Han pasado 17 días desde que la Comunidad Valenciana sufría la peor catástrofe natural de su historia. Comercios destruidos, hogares anegados por el barro y cientos de familias rotas han protagonizado las imágenes más dolorosas de la DANA. Más de dos semanas después, todavía decenas de voluntarios siguen trabajando en las zonas devastadas. Reconstruir las calles y las vidas de las víctimas no es una tarea nada sencilla, pero los afectados esperan retomar la normalidad cuanto antes. Ahora, un nuevo problema acecha a los voluntarios y trabajadores que siguen en pie en el embarrado terreno. Las secuelas físicas y psicológicas están poniendo en riesgo la salud de muchos con peligrosas afecciones como el ‘pie de trinchera’.
Los expertos piden precaución para quienes se adentran en las zonas llenas de barro
Al menos una decena de personas siguen desaparecidas tras el paso de la DANA que arrasaba con todo el 29 de octubre. Desde entonces, las autoridades han localizado 224 víctimas mortales y no se descarta que esta cifra ascienda pronto. Mientras tanto, voluntarios, afectados, agentes y equipos de emergencia trabajan cada día en busca de los desaparecidos. Miles de personas se han desplazado a las zonas afectadas para ayudar, aunque no todos conocen los riesgos para la salud que esto implica. El contacto con el barro aumenta el riesgo de padecer infecciones y otras complicaciones en las extremidades inferiores. De hecho, son muchos los voluntarios que han tenido que ser atendidos por graves infecciones. Alfredo Soriano, podólogo y enfermero, ha señalado en ‘Telecinco’ que ya ha recibido a varios infectados.
"Solamente ayer contesté unos 19 comentarios de voluntarios que, tras la exposición prolongada al barro y la humedad, estaban desarrollando lesiones e infecciones en los pies. Me pedían consejos sobre qué hacer", señala el experto. Lo cierto es que no todos los voluntarios acudían debidamente cubiertos a las zonas afectadas y esto, ahora, ha provocado en muchos de ellos ciertas dolencias. "La consistencia pegajosa y densa hace que se adhiera fácilmente a la piel y penetre en el calzado, manteniendo la piel húmeda y sucia durante largos períodos, lo que incrementa el riesgo de infecciones, dermatitis de contacto y otras complicaciones como el 'pie de trinchera”, sostiene. Esta última condición, que aparece cuando los pies se exponen durante periodos prolongados de tiempo a la humedad y el frío, se manifiesta con edemas rojos y dolorosos acompañados de focos supurados.
El experto ha señalado que las mencionadas afeccione pueden “derivar en problemas graves si no se toman las precauciones necesarias para proteger y desinfectar los pies". Uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta antes de adentrarse en las zonas llenas de barro son las heridas. Los cortes abiertos expuestos al agua y suciedad son un blanco fácil para las infecciones. Además, los expertos aseguran que estas heridas empeoran rápidamente por las insalubres condiciones en las que se encuentran. Los síntomas más comunes de las infecciones bacterianas y fúngicas en la piel y las uñas son la inflamación, picazón y úlceras, aunque que dependen en cada infección. Los expertos también hablan de otras afecciones ligadas al resto del cuerpo como puede ser la gastroenteritis o la dermatitis.
Medidas clave para evitar infecciones en las áreas afectadas por la DANA en Valencia
El doctor Alfredo Soriano ha señalado cuáles son las medidas de seguridad que hay que tener en cuenta antes de trabajar en las zonas afectadas por la DANA. Uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta es el uso de calzado alto e impermeable. Esto es fundamental para evitar que el agua y el barro llegue a nuestros pies. Con las extremidades inferiores secas y limpias se reduce la probabilidad de padecer alguna infección. Además, los expertos recomiendan cerrar la parte superior del calzado con una bolsa de plástico para evitar que entre agua a través de su abertura. Muchas de las imágenes que circulan a través de redes sociales muestran cómo algunos trabajadores han forrado sus botas con cinta aislante y bolsas de plástico de por medio.
El podólogo también aconseja a los voluntarios extremar las medidas de higiene y cambiar con más frecuencia de lo habitual los calcetines ya que ayuda a prevenir enfermedades. También el uso de antisépticos como gel hidroalcohólico es una buena medida para tener en cuenta si no se dispone de agua limpia y jabón. Tras el lavado de las extremidades, un buen secado con toallas o papel en su caso es necesario para terminar con la humedad. Los expertos señalan que, ante cualquier signo o alteración en la piel hay que acudir a un centro médico. Tratar las enfermedades a tiempo es fundamental para evitar situaciones de gravedad.