En mitad de una oleada de plagas de insectos, Barcelona se enfrenta a una repentina aparición de roedores entre sus calles. Muchos de los vecinos del barrio de Camp de L’Arpa que sufren esta nueva plaga aseguran que la situación es insostenible. Las ratas se han hecho con las calles y podría ganan más terreno si no se toman medidas urgentes al respecto.
La problemática plaga de roedores
La plaga de insectos que ha incrementado en las últimas semanas en el país no es la única. Barcelona también vive desde hace días el temor por la proliferación de roedores. Es el caso de Ilona y Pere, una de las parejas que vive con angustia su día a día por la presencia de numerosas ratas en el barrio de Camp de L’Arpa. Desde que los roedores se han hecho con un solar ubicado en el número 86 de la calle Nació, ha pasado a ser una zona en condiciones insalubres. Al parecer, el tamaño de las ratas es más grande lo habitual, tal y como aseguran algunos de los vecinos. Según Ángel, miembro de la plataforma de vecinos Millorem el Camp de l’Arpa, las ratas son tan grandes que parecen conejos. Según han explicado Ilona y Pere a informativos Telecinco, la situación “es bastante Bestia”. Según explican, las ratas están entrando incluso a las casas de los vecinos. “Hago guardias con mi pareja para que no suban por las paredes. Hacemos ruido para que no entren. Parece de película de terror, pero es real", aseguran.
La plaga de ratas se ha convertido en un grave problema para quienes viven en el barrio barcelonés. Aunque no es habitual que este tipo de plagas se extiendan en las ciudades, no es la primera vez que ocurre. Fue en 2014 cuando los primeros roedores aparecieron en la calle Nació de Barcelona. Los roedores brotaron después de que se derribara un edificio ocupado y se construyera un solar que pertenece a la empresa ‘Sareb’. De hecho, el año pasado Cataluña ya activó un plan de choque para frenar una plaga de roedores. Ahora, el foco del problema se sitúa de nuevo en este terreno que fue habitado por okupas durante, aproximadamente, un año. Esta situación se convirtió en todo un problema que degradó el estado de un vecindario totalmente normal. Desde aquí, el espacio acogía problemas de todo tipo desde drogas, hasta peleas y agresiones. Por si fuera poco, a esta situación se sumó la llegada de los roedores.
Falta de medidas
Según los vecinos, los servicios sociales y los Mossos d’Escuadra han tenido que desalojar el lugar que presentaba condiciones insalubres y estaba muy deteriorado. Este habría sido el punto concreto donde ha proliferado la plaga de ratas. Además del desalojo de los okupas, se han cortado árboles de la zona como medida, aunque no se ha limpiado la suciedad ni se han apartado del lugar. Los vecinos están indignados ya que, antes de que la zona fuera ocupada, era una zona verde bien cuidada. Ahora, el problema se agrava durante la noche, cuando los vecinos afectados tienen que estar pendientes de estos roedores para evitar que entren en sus casa en busca de refugio o de alimentos. La aparición de ratas, que se ha extendido poco a poco con el paso de tiempo, tiene que ser contenida por los propios vecinos. Según han denunciado, la situación es insostenible. No solo trepan muros y ventanas, sino que, también, llenan la zona de excrementos. Los vecinos de la zona afectados aseguran que están “al límite” y que nadie hace nada por ayudarles. Según cuentan, ya se han puesto en contacto con el Ayuntamiento y, también, con la Guardia Urbana.
En respuesta a la señal de auxilio de los vecinos, fuentes del Ayuntamiento de Barcelona aseguran que el distrito de Sant Martí está realizando un seguimiento de la situación en el conflictivo solar. El consistorio ha trasladado la problemática al Servei de Vigiláncia i Control de Plagues Urbanes (SVIPLA) de la Agéncia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). Además, la agencia también ha puesto en marcha un plan de actuación con controles de alcantarillado en la zona afectada. Otra de las medidas que se llevará a cabo es un control periódico de plagas para asegurarse de que acaban con ellas y evitan futuros problemas relacionados. Aun así, han asegurado que la actuación está limitada puesto que el recinto donde se encuentra el problema es una propiedad privada que pertenece a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria. Los vecinos aseguran que la Sareb no les ha dado respuesta alguna para acabar con el problema. Mientras tanto, las ratas siguen ganando terreno.