¿Casualidad o trasfondo científico-biológico? "No sabemos por qué ocurre, pero los datos reflejan que así es", explica a ‘El Periódico’ Jaime García Moral, director del grupo de trabajo de longevidad del Col.legi d'Actuaris de Catalunya. Y es que según revela el reciente estudio que ha liderado, el mes de nacimiento parece influir en la esperanza de vida de una persona. Al menos, en nuestro país.
"La mayoría de los centenarios que ha habido en España -unas 113.000 personas desde 1975 a 2022- han nacido durante el primer cuatrimestre del año", señala García. El informe, que ha estudiado el 'centenario asunto' sobre un amplio universo de 17,2 millones de defunciones durante los años citados anteriormente, esclarece que enero es el mes en el que más individuos españoles centenarios existen. Casi un 40% más de centenarios que en julio, temporada de verano en la que existen menos personas que hayan llegado a cumplir la casi inalcanzable cifra de tres dígitos.
Si eres de principios de año, las estadísticas están de tu lado
Evidentemente Jaime apunta a que no se trata de una teoría inflexible, pues hay casos que confirmarían aquello de que ‘la excepción confirma la regla’. Ahí está el claro ejemplo de Virgilia de Diego, más conocida como 'la abuela de Soria’, que nació a finales de 1912, en noviembre, y falleció el pasado año a los casi imposibles 110 años. O Esperanza Cortiñas, que nació el último mes del año.
Aún así, la mayoría de casos se ubican en los primeros meses del calendario. Este es solo un muestrario de una larga lista: Carmen Miranda, ‘la centenaria de Alcorcón’, de actualmente 101 años nació el primer mes del año; Jeanne Louise Calment, que feneció a finales de los 90 a los 122 años nació el segundo -se acercó a la imposible y deseada para muchos inmortalidad de los dioses griegos- y Pere Codorniu, por ejemplo, residente de Sant Feliu de Llobregat, de 105 años también nació en febrero. ¿Casualidad o causalidad?
Hay una posible explicación racional a tanta casualidad
Un doctor, consultado también por ‘El Periódico’ para profundizar en el análisis del estudio, sí que ha expuesto una tesis perfectamente fundamentada gracias a su dedicación y larga trayectoria como experto en Medicina Nutricional, Deportiva y Metabolismo. Iván Ibáñez ha explicado que el mes en el que nacemos "puede influir" en la longevidad debido a factores como la "exposición prenatal a infecciones estacionales, la nutrición de la madre y el entorno en los primeros meses de vida".
Pero hay más conclusiones que se extraen del documento , estás sí con una lógica explicación ofrecida por el propio García, responsable del estudio recientemente publicado. "En las Olimpiadas o en el fútbol de élite la mayoría de los deportistas han nacido en los primeros meses del año. ¿Por qué? Porque cuando son jóvenes el hecho de haber nacido en enero y ser los primeros de la clase les hace tener casi un 10% más de desarrollo, lo cual es una ventaja comparativa con el resto. Esto se da en atletismo y en muchos deportes".
Circunstancias: las ventajas de la vida, según el país en el que nazcas
Aunque este aspecto analizado poco tiene que ver estrictamente con el mes natural del neonato. Está relacionado más bien con los calendarios escolares, según países. Jaime García Moral añade también que, por ejemplo, "En Estados Unidos y Reino Unido las escuelas organizan a los niños por cursos de forma diferente. La segmentación por curso se hace en septiembre y resulta que los nacidos en este mes y en octubre son mejores alumnos, tienen un desarrollo mayor porque tienen una ventaja de vida". Es decir, ocurre lo mismo que en nuestro país pero a la inversa. ¿Cuestión cultural, entonces?
Mayor número de fallecimientos en los meses de invierno
"El mes con menos fallecimientos es septiembre, y es algo que llama muchísimo la atención. Y esta tendencia se mantiene homogénea pese a los avances", explica García. Conclusión esta la única que no nos puede sorprender a nadie. Ya se sabe que durante los inviernos sube el índice de fallecimientos debido principalmente al frío y al mal tiempo.
"Hace peor clima, hay virus, hay más gripe… Estoy de acuerdo, pero me llama la atención
que, pese a los avances médicos y tecnológicos, la gente se muere ahora igual que hace
50 años. No hemos sido capaces de evitar este efecto en invierno", concluye el experto del grupo de trabajo de longevidad del Col.legi d'Actuaris de Catalunya al que sí le sorprende que las muertes sigan siendo tan acentuadas que antaño en esta fría estación, a veces, tan extrema del año con temperaturas muchas veces por debajo de los cero grados.