Amanecer de mal humor como consecuencia de la falta de sueño es más común de lo que parece. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 48% de la población adulta no tiene un sueño de calidad y esto es un problema que puede alterar el bienestar personal. Varios expertos aseguran que la falta de sueño está directamente relacionada con la felicidad e incluso con la calidad de vida. Según sus estudios, cuanto menor sea la calidad y la duración el sueño, más infelices seremos. Es una de las principales conclusiones a las que ha llegado el profesor de Neurociencia y Psicología Matthew Walker.
La falta de sueño es una de las causas tras la ansiedad y la depresión
Son pocas las personas que amanecen de buen humor cuando apenas han dormido. De hecho, el efecto suele ser contrario y es por este motivo que varios expertos han investigado la relación del sueño con el bienestar físico y emocional. Matthew Walker, autor del libro ‘¿Por qué dormimos?’ y uno de los profesionales más destacados en el campo de estudio del sueño, asegura que dormir bien es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo, especialmente para el cerebro. “Cuanto menos duermas, más corta será tu vida", señala el autor en su libro. Tal y como ha esclarecido tras varios años de investigación, durante las horas de sueño el cuerpo lleva a cabo una serie de procesos para regular el estado de ánimo, reparar los tejidos dañados e incluso consolidar la memoria. Por este motivo, la falta de sueño puede provocar graves problemas de salud como son la ansiedad o la depresión. "Los seres humanos necesitan más de siete horas de sueño cada noche para mantener el rendimiento cognitivo", explica Walker en su libro.
Uno de sus estudios publicados en la revista ‘Sleep’ demuestra la relación directa que existe entre la felicidad y la calidad del sueño. Aquellas personas que fueron objeto de investigación e informaron de tener un sueño de mala calidad registraron una mayor probabilidad de padecer enfermedades como son la ansiedad o la depresión. El mismo ensayo también demostró que las personas que no dormían bien se encontraban mucho más estresadas. El escritor norteamericano, Robert A. Heinlein también respaldó estas afirmaciones a través de varias investigaciones relacionadas. “La felicidad consiste en dormir lo suficiente. Todas las personas ricas e infelices que hayas conocido toman pastillas para dormir. Los soldados de infantería móvil no las necesitan.
Dale a un soldado de primera clase una litera y tiempo para acostarse en ella y estar tan feliz como un gusano en una manzana: dormido”, señaló en su libro ‘Startship Troopers’. Lo cierto es que el sueño y la felicidad están intrínsecamente relacionados tal y como afirman los mencionados expertos. De hecho, también es fundamental mantener el bienestar emocional y psicológico para disfrutar de un sueño de calidad. Llevar una vida activa y saludable es otra de las claves principales para vivir al margen de las preocupaciones y caer rendidos en la cama cuando llega la hora de dormir. En cualquier caso, Walker destaca en su libro la importancia de dar prioridad al sueño y es, a partir de este momento, cuando el resto de las funciones vitales se autorregulan en torno a este.
4 consejos para mejorar la calidad del sueño y alcanzar la felicidad
El exmiembro de la Universidad de Harvard, Matthew Walker, ofrece en su libro ‘¿Por qué dormimos?’ varias claves y hábitos para mejorar la calidad del sueño y, por ende, aumentar los niveles de felicidad. La primera tarea que debemos incorporar en nuestro día a día es una rutina de sueño estable. El experto asegura que irse a la cama y levantarse a la misma hora todos los días es fundamental para acostumbrar al cuerpo a conciliar el sueño con mayor facilidad. De hecho, este hábito es clave para mantener el reloj biológico interno que regula los patrones de sueño y vigilia.
Entre otros beneficios para el cuerpo, Walker también destaca que ayuda a graduar el ritmo cardíaco siendo positivo para otras funcionalidades internas. En segundo lugar, el profesor de Neurociencia y Psicología asegura que es fundamental crear un ambiente adecuado para conciliar el sueño con facilidad. Mantener el cuarto a una buena temperatura, oscuro y sin ruidos es una simpe tarea que ayuda a la mayoría de las personas. Por el contrario, los sonidos escandalosos, la luz y el frío o el calor extremo son circunstancias que complican la conciliación del sueño y dañan la calidad de este.
La tercera recomendación es, por general, la más sencilla de llevar a cabo, pero pocos la toman en serio. Walker señala que hay que limitar la exposición a pantallas y dispositivos electrónicos antes de dormir. Lo cierto es que los teléfonos móviles y los televisores emiten una luz azul que puede interferir en los procesos de producción de melatonina. En esta misma línea, Matthew señala que el café, las bebidas energéticas y el alcohol son algunas sustancias que se sitúan detrás de los problemas de sueño. Para evitar que estas bebidas alteren las horas de sueño, no deben consumirse, al menos, 6 horas antes de dormir.