Una de las tradiciones más arraigadas en nuestro país en estas fiestas tan entrañables es la Lotería de Navidad. Un sorteo, en el que ya sea con una participación o con un décimo, todos jugamos en mayor o menor medida con la esperanza y la ilusión de llevarnos ese "pellizquito". Sin embargo, sólo unos pocos serán los agraciados. Personas anónimas que, de un día para otro, deberán aprender a gestionar no sólo su nueva situación financiera, sino también las emociones asociadas a ese cambio de vida radical.
Shock inicial, euforia y algo de desconfianza ante lo desconocido. Y es que aunque no lo creas una historia que comienza con la celebración de un premio puede acabar con serios problemas de salud mental, al no estar preparados psicológicamente para, de un día a otro, disponer de una cantidad de dinero tan grande. Según el Dr. Stephen Goldbart, creador del concepto del Síndrome de Riqueza Repentina. "Lo que llega rápido, rápido se va" y si tomamos como base los recientes estudios de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el 70% de los ganadores acaban arruinados en cinco años.
Pero, no sólo los agraciados deben aprender a gestionar sus emociones. A veces, incluso aquellos que no ganan también deben hacerlo, especialmente si habían depositado todas sus esperanzas en tener el décimo ganador y de repente ven que sus sueños se desvanecen. Algo, que puede generar, en los casos más extremos, una elevada frustración.
Desde Lecturas hemos querido abordar este tema con Clémence Loonis, psicoanalista de la Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero. ¿Cómo debemos gestionar nuestras emociones si ganamos la Lotería?¿Y si no la ganamos?
La pregunta es directa: ¿Ganar la Lotería de Navidad da realmente la felicidad? "Damos por hecho que es lo que ambiciona todo el mundo, ganar 'El Gordo', hacer realidad el deseo, pero eso no significa exactamente la felicidad. Desde Grupo Cero, sabemos que la felicidad tiene más que ver con realizar, proyectar, trabajar, construir...". Por lo que nuestra experta es tajante a la hora de afirmar que "ganar la lotería no asegura la felicidad".
Aunque es evidente que en un primer momento creemos que solo hay beneficios, lo cierto es que no siempre es así. "Ganar la lotería va a ser una alegría, pero es verdad que, en ciertas situaciones el ganar, la alegría, disponer de repente de una gran cantidad de dinero puede provocar culpa: '¿por qué me ha tocado a mí si no lo merezco?'".
¿Cómo te puede afectar ganar 'El Gordo' de Navidad?
Clémence Loonis asegura que esta victoria puede generar "muchas reacciones diversas". En un primer momento es esa sensación de vivir en una "fantasía" pero, de repente, "se puede convertir en un choque". "Cuando algo tan esperado se cumple, se puede caer en una gran tristeza como si después de aquello no hubiese posibilidad de desear más cosas", nos cuenta.
Además, con una buena cantidad de dinero que genera esa "obligación" de compartir. Aunque no es algo imperativo, la experta recalca que "nada en la vida se consigue a solas". De ahí que al compartir se logre un nuevo beneficio emocional. Pero como todo, siempre hay riesgos que te deben mantener alerta como esa "compulsión de gastar".
Es inevitable que ganar la lotería "tenga repercusión en las personas de nuestro entorno". Según Loonis, "ganar altera las relaciones familiares, amistosas, amorosas, de los demás hacia nosotros y de nosotros hacia los demás". Y recurre a un pensamiento de Freud para recordarnos que "el ganar puede ser vivido inconscientemente como una traición, tanto por ellos como por nosotros, poniendo en primer plano las rivalidades, envidias, injusticias, es decir conflictos que se hacen evidentes por esa nueva situación".
¿Cómo gestionar la decepción de no ganar?
Pero si hay unos pocos agraciados también hay otros muchos que pierden, una decepción que puede afectar de lleno a nuestra forma de actuar. "Cuando uno ha puesto muchas expectativas en la posibilidad de conseguir fácilmente dinero y se queda sin nada puede caer en la decepción", asegura la psicoanalista. No obstante, no hay que olvidar que el año que viene hará una nueva oportunidad, "mucha gente vive con la ilusión de ganar algún día. Pero como dice el poeta, un ser humano debe saber ganar y también perder".