Gana la Lotería pero ahora podría terminar en la calle: la norma que ha impedido a un británico cobrar su premio

La vida de Kevin se desmoronó tras ganar la lotería y encadenar una serie de desgracias económicas ante la imposibilidad de cobrar su premio.

Alicia Alarcón
Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Lotería
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Kevin Layne jamás se imaginó que podría terminar en la calle tras ganar la lotería en un rasca y gana. El británico de 63 años intentó cobrar su premio en el supermercado correspondiente cuando se negaron a pagarle porque no había suficiente dinero allí. Ahora, Kevin Layne podría terminar en la calle tras una secuencia de desgracias y problemas económicos que ha sufrido desde ese momento.

Una normativa del rasca y gana impide que cobre su premio

Kevin Layne, un ciudadano de Kidderminster, Worcestershire (Inglaterra), regresó hace cuatro años a su país natal tras ganarse la vida durante casi dos décadas en China y Tailandia. Tal y como ha señalado el hombre en ‘The Sun’, desde entonces no tiene un trabajo estable ni tampoco un hogar permanente. Aun así, pensó que un golpe de suerte le ayudaría a sobrellevar esta situación. Kevin compró un rasca y gana el pasado 13 de agosto en uno de los supermercados de confianza de Comberton Hill, su barrio, en busca de un alivio económico. Según recoge el citado medio que se ha hecho eco de su historia, Layne ganó el rasca y gana. El hombre pensó que este pequeño premio le ayudaría a mejorar su situación, pero sus planes se vieron truncados cuando el supermercado se negó a pagarle.

Kevin aprovechó que tenía que hacer la compra para pedirle a la cajera el dinero del premio cuando fuesen a cobrarle. Sin embargo, ella señaló que “era demasiado”. “Pagué mi comida y luego ella dijo que no podía pagarlo”, explica en el citado medio. Al parecer, la política de la cadena de supermercados inglesa defiende que el pago de los premios depende del dinero que haya en las cajas. Es por este motivo que Kevin no pudo cobrar su premio del rasca y gana. “Entendemos que el supermercado intenta pagar premios de hasta 500 libras cuando hay efectivo disponible, pero esto depende de la cantidad de efectivo que haya en las cajas”, explica en citado medio un portavoz de la cadena. Ahora, Kevin se enfrenta a uno de los momentos más complicados de su vida. El hombre podría terminar en la calle ante los diversos problemas económicos que tiene.

De hecho, el británico ya ha recibido un aviso de desalojo en el piso en el que residía con normalidad hasta ahora. A pesar de todo, el arrendador ha señalado que está actuando de forma legal. Además, Kevin ha compartido que sufre de asma y no deja de encadenar problemas que complican su vida. “Para mí, sin hogar significa sin hogar. Regresé con mi pasaporte británico y traté de mantenerme desde el primer día, pero ahora me enfrento, inevitablemente, a la falta de vivienda debido al asma. No me podré pagar ningún hotel, solo la puerta de una tienda”, explica. Al parecer, desde que Kevin regresó del extranjero, ha estado viviendo en Blackpool donde pagaba un alquiler de 100 libras a la semana compartiendo entre siete inquilinos más dos baños y una cocina. Es decir, más de 400 libras al mes por un espacio muy reducido.

El hombre se ha mostrado desamparado y asegura que ahora, no sabe a dónde ir. “No estoy costumbrado a Gran Bretaña, solo he alquilado dos lugares mientras he estado aquí. No consigo encontrar ningún alojamiento alternativo porque mi trabajo no es fijo, no tengo recomendaciones ni referencias y es prácticamente imposible. Es como si acabara de bajar de un avión de nuevo”, explica. El hombre ha señalado que desde que llegó del extranjero, no reconoce Gran Bretaña. Al parecer, Kevin ha acudido al Consejo de su país en busca de ayuda, pero nadie le proporciona un alojamiento de emergencia y teme acabar en la calle cuando sea desahuciado.

“Fui a visitarlos cuando empezó todo y no sirven para nada, nunca más volví a saber de ellos”, señala. Aunque ya ha recibido un aviso de desalojo, cree que la orden judicial tardará en llegar varias semanas y es el tiempo al que se aferra para encontrar un nuevo alojamiento o un trabajo estable. “Es deprimente. No pensé que esto ocurriera aquí. Tendré que intentar encontrar algún lugar, pero no es nada fácil. Tengo más de 50 años”, sentencia. Kevin cree que desde que ganó la lotería, los planes de su vida se han desmoronado. Mientras tanto, sigue trabajando con el objetivo de rehacer su vida en un nuevo lugar.