Mientras un yacimiento de diamantes necesita miles de años para ser extraídos, a través de la energía solar se pueden fabricar bastantes diamantes sintéticos en solo una semana. Este argumento tan potente es el que pudo convencer recientemente a Leonardo di Caprio a sumarse a tal revolución erigiéndose como accionista mayoritario.
La posiblemente sabia decisión de la estrella de Hollywood ha animado a que, rápidamente, otros muchos se sumaran como accionistas a tan innovador proyecto que ya hoy cuenta con los 245 millones de euros que se necesitan para revolucionar por completo la producción del diamante tal y como ahora la entendemos.
¿Por qué fabricar diamantes sostenibles en Trujillo?
El solazo que tanto luce en la mayor parte de la película de la Playa de Dicaprio no tiene nada que envidiar al que en nuestro país podemos disfrutar prácticamente todos los días del año. Y es que la nueva fábrica, aunque de origen americano, ha pensado en Extremadura para fijar la fábrica que hará magia construyendo en tiempo récord y de forma sostenible, sin ningún coste humano ni medioambiental, estos diamantes sintéticos para incrustar en las más elitistas joyas pero también como ‘chips’ de cristal en la fabricación de teléfonos móviles y baterías de coches.
Trujillo es el pequeño municipio elegido para el actor de Hollywood y la empresa que está detrás del proyecto, Diamond Foundry, para instalar esta planta que pretende llegar a producir cada año alrededor de un millón de quilates de diamantes de calidad gema, es decir, con una calidad igual al diamante natural.
No conocemos los detalles en la búsqueda y determinación final del emplazamiento geográfico de la planta, pero quién sabe si el actor propuso dicho emplazamiento al tenerlo tan escuchado por ser ser uno de los pueblos españoles donde más producciones internacionales de ficción se graban en la actualidad. Juego de Tronos, entre otras muchas…
DiCaprio solo quiere de España su rentable sol
En cualquier caso, el americano de 49 años tiene la mirada puesta en nuestro país y, sobre todo, en este grandioso y espléndido sol del que somos tan privilegiados. Y es que parece que nos mire solo con ojos de El lobo de Wall Street, o al menos eso pudiera pensarse cuando solo ve en España inversión, pura y dura. Porque su participación en la empresa de diamantes sintéticos de Trujillo, que prevé generar 1.000 puestos de trabajo, es casi simultánea a su participación capitalista en la startup catalana de placas solares SolarMente.
No vamos a decir aquí que el ganador de un Óscar por El renacido no busque ser todavía más rico, pero lo que sí queda también claro es que el famoso actor busca en nuestra España soleada empresas como las mencionadas que combaten de algún modo con el temido cambio climático.
Trujillo, fracturado por sus 'diamantes sintéticos'
En Trujillo ya se ha puesto la primera piedra de la ‘fábrica’ del diamantes sintético, o ‘falsos’, según las malas lenguas. Y es que aunque la mayor parte de su población está a favor del sostenible proyecto, solo unos pocos lo ven como una amenaza por las torres de alta tensión y cableado que se están levantando en El Berrocal, un espectacular paisaje que dejará de lucir igual de bonito.
¿Estará al tanto Dicaprio de tal descontento? Posiblemente solo escuche el clamor popular de prácticamente todo el pueblo, al que de momento ha defraudado de alguna forma por no presentarse al reciente acto de inauguración de las obras. Allí le esperaban el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la ministra de política territorial, Isabel Rodríguez. Qué decepción.