En un mundo donde la velocidad y la inmediatez predominan, el Transcantábrico se erige como una invitación a desacelerar, a disfrutar del lujo del tiempo y a sumergirse en un paisaje que te dejará sin palabras. Este tren de gran lujo ofrece una experiencia única que recorre la espectacular costa norte de España, desde las verdes montañas hasta su dramática línea costera, pasando por pintorescas aldeas y ciudades que respiran historia. Esta ruta es un auténtico placer tanto para los amantes de los viajes como para aquellos que buscan experiencias memorables.
Una joya sobre raíles
Fundado en 1983, el Transcantábrico ha evolucionado desde su concepción como un tren turístico de lujo hasta convertirse en un emblema del turismo ferroviario en España. Este tren no es un medio de transporte cualquiera; se asemeja a un pequeño hotel boutique sobre raíles que combina el encanto de la tradición con el confort más moderno. Desde el momento en que cruzas el umbral de uno de sus elegantes vagones, te envuelves en un aire nostálgico que recuerda a los viajes de antaño, pero con todas las comodidades de la vida moderna.
El tren tiene suites exquisitamente decoradas y zonas comunes acogedoras, como el vagón salón, donde los pasajeros pueden relajarse y socializar.
Gastronomía del Transcantábrico
Uno de los mayores encantos del Transcantábrico radica en su propuesta gastronómica, que se convierte en una travesía culinaria a lo largo de las regiones que atraviesa. El menú a bordo está cuidadosamente elaborado para incorporar platos típicos de cada región por la que pasa el tren. Por ejemplo:
- En el País Vasco, los pasajeros pueden disfrutar de los famosos pintxos, que son pequeñas delicias gastronómicas llenas de sabor y creatividad.
- Al entrar en Cantabria, es común encontrar productos del mar como las anchoas de Santoña, junto con cocidos tradicionales como el cocido montañés.
- En Asturias, las fabadas, el cachopo o los quesos locales (como el Cabrales) son los protagonistas.
- Ya en Galicia, la experiencia culmina con mariscos frescos, empanadas gallegas y, por supuesto, el icónico pulpo a la gallega, acompañado de vinos albariño o ribeiro.
La ruta imbatible
La versión más conocida del Transcantábrico es el "Transcantábrico Gran Lujo", el cual conecta San Sebastián, en el País Vasco, con Santiago de Compostela, en Galicia. Este viaje se despliega a lo largo de 8 días y 7 noches, cubriendo 650 kilómetros de paisajes vibrantes y cautivadores en el norte de España.
El viaje comienza en la emblemática San Sebastián. Reconocida por su elegante playa de la Concha y su reputación gastronómica, la ciudad te seduce con la oferta de pintxos en su casco antiguo. Es el lugar perfecto para iniciar esta aventura, dejando que la esencia de la ciudad se instale en tu memoria.

Playa de la Concha en San Sebastián.
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- Día 2: Bilbao y el Guggenheim
La siguiente parada es Bilbao, donde el Museo Guggenheim se eleva como un ícono arquitectónico. Este maravilloso edificio no solo alberga arte contemporáneo, sino que también es una obra maestra en sí misma, reflejando la modernidad de la ciudad. Bilbao es un crisol de cultura, y explorarlo es adentrarse en la esencia del norte de España.
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- Día 3: Santander y Santillana del Mar
Con el sonido de las olas de fondo, Santander te da la bienvenida con su bahía y el esplendor de su Palacio de la Magdalena. Después, un desvío te lleva a Santillana del Mar, conocida como "la villa de las tres mentiras": ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Su riqueza medieval y su belleza la convierten en una parada obligatoria para cualquier viajero.
- Día 4: Picos de Europa y Ribadesella
El cuarto día está reservado para los amantes de la naturaleza. Los majestuosos Picos de Europa te brindan paisajes que parecen sacados de un libro de cuentos. Más tarde, Ribadesella, con su magnífica playa y un casco histórico encantador, te seducirá con su aire relajado y su belleza escénica. Este contraste entre montañas y mar es uno de los grandes atractivos de la ruta.
- Días 5 y 6: Asturias, de Gijón a Oviedo
El viaje continua hacia Asturias, comenzando en Gijón, una ciudad portuaria vibrante, sigue hacia Oviedo, la capital asturiana, famosa por su catedral gótica y su hermoso casco antiguo. En estas tierras se siente el auténtico espíritu asturiano, donde la historia y la tradición se entrelazan con la modernidad.

Playa de Gulpiyuri en Asturias.
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Ya en Galicia, el tren te lleva a través de paisajes inigualables, como Viveiro, donde las rías kiss y el océano se fusionan en un espectáculo natural único. Tal es la belleza del entorno que cada rincón se convierte en una obra maestra lista para ser contemplada.
- Día 8: Santiago de Compostela
El viaje culmina en la legendaria Santiago de Compostela, un destino que no solo es famoso por su imponente catedral, sino también por ser el final del Camino de Santiago, una de las rutas de peregrinación más importantes del mundo. Al acercarte a esta histórica ciudad, el aire se impregna de una mezcla de espiritualidad y cultura, haciendo eco de los miles de peregrinos que, a lo largo de los siglos, han realizado este trayecto en busca de paz, reflexión y aventura.
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Al descender del Transcantábrico, te recibe una vista fascinante de la Catedral de Santiago, un magnífico ejemplo de la arquitectura románica, gótica y barroca, cuya fachada ostentosa invita a los viajeros a explorarla.
Desde el primer momento, el bullicio de la plaza del Obradoiro, que se abre frente al edificio, te envuelve con la emoción palpable de quienes han llegado a este sagrado punto final. Aquí, los turistas y peregrinos se entremezclan, compartiendo sonrisas y relatos de sus travesías con una energía contagiosa.