"Aunque me dicen que no lo demuestra, yo sé que he cumplido 81 años y esa cifra
no engaña", comienza Antonio Pelayo contestando a las preguntas de la revista Lecturas. El histórico corresponsal en el Vaticano se encuentra "bien", aunque reconoce que "nota el paso de los años".
El domingo, 23 de marzo, el papa Francisco recibía el alta en el Hospital Gemelli de Roma después de 37 días ingresado y en los que estuvo a punto de morir en dos ocasiones, tal y como confirmaba el propio director del equipo médico que le trató en el Policlínico, Sergio Alfieri.
Todavía tiene por delante semanas de convalecencia y sus apariciones públicas están contadas, siempre con la cánula nasal por sus dificultades para respirar. El periodista y sacerdote, conocido por sus múltiples coberturas en 'Antena 3' nos ha contado cuál es la situación actual en la Santa Sede, preparada para una Semana Santa diferente, dadas las circunstancias.
La situación en el Vaticano
La Santa Sede ultima los detalles de una Semana Santa que será distinta, ya que la salud del papa Francisco no pasa por un buen momento, a pesar de que saliera del hospital el 23 de marzo con cierta "estabilidad". La prudencia de los médicos hace que no pueda estar en muchos de los compromisos que tendría en estas fechas.
Antonio Pelayo nos confirma que "en el Vaticano reina una cierta tranquilidad salpicada con algunos sobresaltos que se produjeron durante las semanas que el Papa estuvo ingresado en el Gemelli". Aclara, por otro lado, que "esta es una institución que ha sobrevivido a dos mil años de historia y se adapta bien a nuevas circunstancias".
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Además, el histórico corresponsal en Roma recuerda que "no es la primera vez que un Papa se enferma". Tenemos aún recientes los largos años agónicos de Juan Pablo II. La máquina, por lo tanto, sigue funcionando con normalidad a la espera de lo que se produzca", apunta con rotundidad.
La admiración de Antonio Pelayo hacia el papa Francisco
Los fieles, las autoridades eclesiásticas y su entorno está de celebración después de semanas en las que contuvieron la respiración con absoluta preocupación, tal y como subraya Pelayo: "Evidentemente, los progresivos pasos en la recuperación de Francisco tranquilizan a todos, especialmente a los que le queremos y admiramos".
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No tiene ningún problema en señalar a "otros", de los que no quiere decir directamente hayan podido desear su muerte, pero considera que sí "era una hipótesis que no les hubiera importado que se llegase a realizar".
Habla de Jorge Mario Bergoglio con absoluta admiración y dice de él que "tiene un carácter estupendo, fuerte, optimista sin dejar de ser realista". Destaca también que "es un creyente radical, por lo tanto sabe y acepta que sucederá lo que Dios
quiera y, como ha dicho alguna vez, él tiene siempre las maletas preparadas".
La sombra del hipotético cónclave para elegir nuevo Papa
La carta que el papa Francisco habría entregado al Camarlengo en 2013 y las presuntas reuniones que se estarían llevando a cabo, según el vaticanista Francesco Grana, han provocado que se hable de un hipotético cónclave que algunos prepararían en la clandestinidad por si el vicario de Cristo presentara su renuncia.
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Para Antonio Pelayo, el hecho de "que algunos cardenales se hayan reunido para hablar de la sucesión en el solio pontificio es algo, hasta cierto punto, normal", ya que "un cónclave es una cosa muy importante para la Iglesia y no debe extrañar que sus protagonistas se reúnan y hablen de ello sin caer en la trampa de los conciliábulos y de los grupos de presión, como se ve en alguna película reciente".
"La carta de renuncia firmada por el Papa poco después de su elección no es una novedad; lo hicieron antes de él otros papas como Pio XII y Pablo VI. Es un documento para dar seguridad a lo que pueda suceder en algún momento", resta importancia el periodista y sacerdote.
El papa Francisco, "hasta que Dios quiera"
El papa Francisco es de la máxima de continuar en el Pontificado hasta que el Señor considere que ha terminado su vida en la tierra. Para Antonio Pelayo, "el -hasta que Dios quiera- debería ser una máxima común a todos los creyentes porque esa es la realidad".
"Nuestras vidas, las de todos, están en las manos de Dios, sea cual sea el puesto que ocupes o las responsabilidades que se te hayan sido encomendadas", pone de relieve el sacerdote afincado en Roma desde hace décadas. "Sí, creo que el papa argentino se dejará guiar por esa máxima que corresponde a su fe profunda", contesta tajante ante la pregunta más repetida alrededor del Vaticano.
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"Durante los últimos viajes papales y la enfermedad de Bergoglio, me he puesto a prueba de resistencia a mí mismo y la he superado. Por lo tanto, he decidido no jubilarme y continuar trabajando mientras eso sea posible", responde sobre su caso particular, ya que a los 81 años sigue estando al pie del cañón para trasladar lo que sucede en la Santa Sede como periodista y corresponsal.