Los mitos que planean sobre la figura del hijo único es algo universal y han sido objeto de estudio en muchos momentos de la historia, con un enfoque u otro, pero siempre con algunas connotaciones negativas o determinadas actitudes y patrones que estarían presentes en el carácter de las personas que no tienen hermanos. Lo cierto es que si bien entre los siglos XVIII y XIX observábamos evaluaciones que llegaban a hablar de una "enfermedad en sí misma" asociada, los últimos estudios publicados no observan grandes diferencias con quienes sí comparten sus apellidos y el tiempo de sus padres desde que llega un miembro más a la familia.
La ciencia sí habla de ventajas e inconvenientes y pone el foco en el contexto, dado que hay factores, como el país de nacimiento y crianza, que pueden influir en algunas características destacadas, pero han venido a tumbar esos mitos que se heredaban de esas primeras evaluaciones hace ya más de dos siglos y que se han quedado arraigados en la cultura popular para llamarnos egoístas o caprichosos, entre otras cosas. Al redactar estas líneas haré todo lo posible para que no influya el hecho de que yo no tenga hermanos, porque sí puedo compartir mi propia experiencia, pero si hablamos de ciencia, vamos a ver lo que dicen los expertos.
Alice Goisis, profesora del University College en Londres: "comparables con niños que tienen hermanos"
Alice Goisis es profesora en el departamento de Demografía del University College en Londres, dentro del Centro de Estudios Longitudinales y hace poco más de un año compartía con la 'BBC' las conclusiones a las que había llegado junto a sus compañeros en el estudio que llevaban a cabo con los hijos únicos como protagonistas. Lo más llamativo es que, en términos generales, "la evidencia no apoya la idea de que los niños que crecen como hijos únicos tienen una especie de déficit en sus habilidades sociales, comparados con los niños que crecen con hermanos", contestaba la experta. En ese sentido y en cuanto a "términos de personalidad, relación con sus padres, logros, motivaciones y adaptación personal", considera que son "comparables con niños que tienen hermanos". En esa evaluación sí anotaban otros factores que podrían ser clave para entender las diferencias que puedan presentarse en el crecimiento de los hijos, como destaca el propio medio mencionado: "la situación socieconómica de la familia o los recursos emocionales de los que disponen los padres".
Aunque hay otras opiniones que sí apuntan hacia esas "diferencias" de las que se habla tanto, Alice introduce otra clave y es el "contexto" frente "al hecho de ser único per sé". De esta forma, "en Reino Unido un hijo único es un indicador de haber crecido en una familia relativamente aventajada, estos niños tenían más tarde en la vida una salud igual o mejor en comparación con niños que tenían hermanos". Si viajamos a un país nórdico, por ejemplo, como Suecia, la investigadora habla de que allí "prevalece la norma de tener dos hijos y los hijos únicos tienden a provenir de familias en una peor situación económica", con lo que en ese caso, "estos últimos tienen una peor salud más adelante en su vida". Con ello, elimina la duda sobre las distinciones y aunque no entra en el detalle concreto sobre el carácter como tal, sí introduce el análisis en cuanto a "términos cognitivos o de sociabilidad".
Las ventajas e inconvenientes de los hijos únicos
El reportaje de 'BBC Mundo' acude a dos psicólogas para hablar de las ventajas e inconvenientes que tienen los hijos únicos y la primera de ellas, Linda Blair, señala un aspecto importante que es la "excelencia lingüística", dado que al no compartir charlas con hermanos de edades similares, lo hacen constantemente y desde bien temprano con personas adultas, lo que también se traslada a unos buenos resultados académicos, hablando en términos generales: "Esto ocurre por el aporte lingüístico de los padres, que no se ve interrumpido por el de otros niños, que tampoco proviene de sus pares, y que es necesario para el desarrollo del cerebro en los primeros 24 o 36 meses de vida". La especialista cree que "se vinculan con más facilidad con personas de más edad, porque hacen eso todo el tiempo" y pueden destacar también en organización y toma de decisiones.
Por otro lado, la escritora del libro "Desafiando los estereotipos sobre los hijos únicos: una revisión de la literartura e implicaciones para la práctica", la psicóloga de Estados Unidos Adriean Mancillas, señala para el citado medio que "hay investigaciones que muestran que los hermanos pueden tener un efecto protector cuando hay en el hogar una relación disfuncional de los padres, en cuyo caso esta situación tiende a diluir el impacto negativo de estos estresores", como un inconveniente, pero en todo caso fácil de paliar, ya que pueden encontrar ese bastón añadido en otras figuras: amigos, primos u otras personas. Volviendo a la anterior especialista, Blair introduce una interesante desventaja a tener en cuenta, que sería la "falta de inteligencia de calle", esa "que te permite reconocer rápidamente qué es lo que alguien va a hacer y que realmente no puedes aprender si no convives con gente de una edad similar", así como la "comodidad en el caos", ya que los hijos únicos estamos acostumbrados a pasar mucho tiempo en soledad.