Cada 13 de noviembre se celebra a nivel internacional el World Kindness Day (Día Mundial de la Bondad en su traducción al castellano), una fecha señalada en el calendario para celebrar esa "natural inclinación a hacer el bien", tal y como la define el diccionario de la Real Academia Española. Lo cierto, decía Charles Darwin en el Siglo XIX, es que se trata de algo innato, que viene de serie a las personas encaminadas a realizar acciones bondadosas y es que, según él, "el cerebro del ser humano está programado para practicar la bondad porque gracias a ello se garantiza la supervivencia de las especies".
Son varios los estudios científicos que avalan que los gestos amables y la felicidad van de la mano y que las buenas personas se sienten más felices cuando llevan a cabo actividades generosas con los demás. El profesor de la Universidad de Harvard Tyler J. VanderWeele sostiene que se pueden "subir los niveles de felicidad" eligiendo varios días a la semana para tener determinados gestos en nuestra interrelación con las personas, mientras el psicólogo Jerome Kagan, docente en la misma escuela de Cambridge, habla de la conocida como "psicología de la bondad".
La bondad y la felicidad se dan la mano, según la ciencia
Ser amables con los demás y llevar a cabo acciones pensando en el bienestar de otras personas también puede repercutir en el nuestro propio, un beneficio del que somos conscientes como si se tratara de un espejo en el que la sonrisa que hemos provocado se ve reflejada en nuestro rostro. El psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard Jerome Kagan habla de la "psicología de la bondad": "Los seres humanos heredamos una tendencia biológica que nos permite sentir miedo, celos y envidia, ser egoístas, groseros, agresivos o violentos. Pero heredamos una tendencia biológica aún más fuerte para la bondad, la compasión, la cooperación, el amor y el cuidado, especialmente hacia quienes más lo necesitan. Esta brújula moral es una característica de nuestra especie".
No establece una división entre personas buenas y malas, pero sí relaciona esa naturaleza y tendencia hacia los gestos bondadosos y los relaciona con la felicidad, un beneficio que llega como retorno y que podemos comprobar con nuestros más cercanos, cuando acompañamos, cuidamos y hacemos algo por las personas que tenemos al lado. De hecho, Richard Davidson, quien también ejerce como psicólogo clínico, considera que "la bondad es la base para un cerebro sano" y entra en consonancia con otros muchos especialistas, como el escritor y divulgador Daniel Goleman, quien subraya que "una de las emociones más intensas para nuestro cerebro es la compasión". El 13 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Bondad y esta sería, según el análisis compartido y tal y como sostenía el científico y naturalista Charles Darwin, "innata en la especie humana".
La reacción de un bebé hacia una actitud amable y bondadosa
Hay una frase en el refranero que suena con mucha fuerza si hablamos de amabilidad y buenos gestos sin importar quién se beneficie de ello: "Haz el bien y no mires a quién". En este sentido, podemos tener en cuenta las conclusiones de Richard J. Davidson, profesor de Psicología y Psiquiatría en la Universidad de Wisconsin-Madison, quien demuestra con la reacción de los más pequeños lo que provoca una actitud generosa: "Si interactúas con un bebé de seis meses a través de dos marionetas, una que se comporta de forma egoísta, y otra que es amable y generosa, el 99% de los niños prefieren al muñeco cooperativo". En una charla que mantenía en el 'Festival of Faiths', el también fundador del 'Center for Healthy Minds' (Centro para las Mentes Saludables en su traducción), sostenía que "somos amables por naturaleza" y que "hemos nacido para florecer".
Existe, incluso, un instituto en la Universidad de California que se encarga de estudiar los efectos positivos de la bondad, no solo con el beneficio que puede tener a corto plazo el hecho de ser amables con los demás, sino con la repercusión que pueda conllevarnos en un largo período de tiempo, en línea con lo sostenido por los expertos mencionados, para nuestro cerebro y nuestro bienestar, además de en la salud. "En medio de la política mundial actual, la violencia y la lucha, el Instituto 'Bedari Kindness' de 'UCLA' busca ser un antídoto", decía Darnell Hunt, el decano del departamento donde se aloja este área. Lo hemos visto reflejado también en la oleada de solidaridad desencadenada tras la peor DANA del siglo en Valencia y el efecto que ha provocado en medio de la catástrofe, tanto para los damnificados como para los voluntarios que han podido ayudar sobre el terreno.