El ser humano lleva arrastrando durante siglos y siglos la eterna duda entre gemelo y mellizo, conceptos diferentes, cuando realmente es mucho más sencillo y menos ambiguo que lo que parece. Pero, ¿por qué se confunden tantos estos dos términos?
Las confusiones principales se remontan a la etapa clásica de Roma. Y existe una razón, antigua, para tal lío: el término latino del que provienen ambos conceptos es el mismo. El vocablo inicial fue gemellus, que derivó a gemellicium para pasar a convertirse en emellizo y acabar siendo mellizo.
Antes, gemelo y mellizo significaban lo mismo
Más allá de su ambiguo origen latino, hay que añadirle clasicismo al asunto. Y es que, hasta que la ciencia descubriera a principios del siglo XX sus grandes diferencias desde el punto de vista biológico, en medio mundo se ha utilizado mellizo entre las clases más bajas y gemelo entre las más elitistas para definir los mismo. Dos bebés nacidos al mismo tiempo.
Ya hoy no hay excusa. En la actualidad el castellano es igual para todos, siempre con sus clásicas peculiaridades según comunidades autónomas, y cada palabra tiene un único significado. Además, no es tan complicada la diferencia: se basa en el modo de fecundación del óvulo y las características del parto.
Empecemos por los mellizos. Ya está claro que se denominan así a quienes nacen de un parto duplicado -cada feto está en su bolsa y placenta propia aunque el alumbramiento sea casi consecutivo- que se origina en óvulos independientes. Estos embriones solo comparten la mitad de los genes, pueden ser de diferente sexo y su parecido es mucho menor que el de los gemelos… Son embarazos diferentes.
Por su lado, los gemelos, son todo lo contrario. Se reproducen desde un mismo espermatozoide-óvulo y nacen también de un mismo parto. Son fetos que comparten la misma bolsa y placenta. Por ello, son los que vemos por la calle juntos y parecen dos copias humanas hiperrealistas. Desde la ciencia esta es la explicación: se dividieron en algún momento del inicio de la gestación, dando lugar a dos embriones independientes que comparten el 100% de su genética. Serán en todos los casos de mismo sexo.
Altas probabilidades sí tienes antecedentes gemelares
¿Mito o realidad? Lo segundo. Para la ciencia es cierto, según las altas probabilidades que han demostrado hasta la fecha los múltiples estudios realizados sobre la materia, que los antecedentes de gemelos en una familia conducen a una mayor posibilidad de tener gemelos.
También es realidad que a partir de los 30, las mujeres tienen ‘más papeletas’ de tener gemelos que las de menor edad porque liberan un mayor número de hormonas de gran calidad que consiguen una ovulación más rápida y efectiva. Más todavía si deciden someterse a tratamientos de fertilización in vitro o la estimulación ovárica…
Que muchos son los factores que ayudan a que las madres del mundo tengan gemelos antes que mellizos, queda claro con estos porcentajes: el 70 por ciento lo componen los primeros, frente al reducido 30 por ciento de los segundos.
Que sean gemelos, mellizos, trillizos, únicos… pero que nazcan. Mientras que en 2015 España podía enorgullecerse ser el tercer país de la faz de la tierra que mayor cuota de los primeros traía al mundo, casi diez años después las cosas han cambiado.
Nuestro país registró solamente 322.075 nacimientos este pasado año, récord preocupante de mínimos que no se daba desde 1941. Por lo que si vienen de dos en dos… ¡Susto para los padres, alegría para el país!