Vivimos en una sociedad altamente competitiva, eso todos lo sabemos, donde la exigencia y la competitividad priman en nuestras relaciones. Y no solo desde el punto de vista laboral, sino también, por ejemplo, en las relaciones de pareja. Si esta ‘filosofía’ no se lleva al extremo, se queda en el sano ‘intentar ser un poco mejor cada día’, pero si se convierte en una obsesión -esta búsqueda incesante de la perfección- puede convertirse en una fobia que ya tiene nombre: la atelofobia.
Aunque es ahora cuando los psicólogos le han puesto nombre y, gracias a la película de Barbie (2023), se ha hecho popular también en la calle, la manía de ser perfecto o excelente al extremo es ya una sintomatología fóbica. O, al revés, también la puede sufrir quien se frustre en exceso por no alcanzar dichos parámetros de perfección. Pero, ¿qué la caracteriza?
En primer lugar hay que decir que tiene pocos puntos en común, depende de cada individuo, por lo que los límites pueden variar enormemente de un sujeto a otro. En cualquier caso, al tratarse de una fobia no se trataría de una simple insatisfacción por no conseguir ser completamente perfecto, sino que el atelofóbico, para serlo, tiene que sufrir en sus propias carnes un pánico y miedo irracional y desproporcionado si se ve en una situación o está en presencia de alguien que le ‘obligue’ a superarse constantemente para ser totalmente excelente sin fisuras.
Va más allá de ser perfeccionista: ¿crees que la sufres?
Así pues, el estímulo fóbico de este trastorno es claramente la imperfección o, dicho de otro modo, el miedo al fracaso en sus acciones, metas o ideas. Incluso, en el peor de los casos, este comportamiento extremo puede extenderse a la ‘perfección’ que estas personas entienden que debe alcanzar también su entorno más cercano: su pareja, padres, amigos…
Por tanto, si te consideras perfeccionista no eres atelofóbico. Empezarías a serlo solo en el caso de que padecieras síntomas psicofísicos como reacciones somáticas, estrés, pánicos, ansiedad o bloqueos ante escenarios en los que te frustre no estar a la altura de las expectativas generadas, seguramente, por ti mismo.
Y lo peor no acaba aquí, pues un atelofóbico ‘de libro’ que no sea capaz de convivir con la idea de que ‘todo ser humano es imperfecto’ puede llegar incluso a sufrir síntomas tan serios como taquicardias, temblores en brazos o piernas, hiperventilación, vómitos o sudores físicos.
Hiperventilación o vómitos son algunos de sus síntomas
Esta ‘nueva fobia’, que aún es difícil de diagnosticar por psicólogos y psiquiatras puesto que puede confundirse con algún otro trastorno o, simplemente, con la ‘manía’ que muchos tienen de ser perfecto, sí que podría tener una relación directa con un tipo de trastornos muy específicos: los TOC -trastornos Obsesivo-Compulsivo, y concretamente con los relacionados directamente con el escrupuloso orden, la sepulcral limpieza o, en otro nivel, la ética o la moral.
Así pues, desde el campo de la Psicología se dan algunas pautas para luchar contra esta fobia tan poco reconocida hasta el momento. Y, como con muchas otras fobias, la solución es enfrentarse al problema. Como pauta principal, el tratamiento contra la atelofobia propone que el sujeto que la padezca se exponga a dichos estímulos temidos. Es decir, que poco a poco vaya siendo capaz de exponerse o sensibilizarse sistemáticamente ante dichas situaciones en las que entiende que debe ser ‘don perfecto’.
'Tips' para ponerle freno
Así pues, los pocos profesionales de la salud mental que en estos momentos tratan a pacientes con esta fobia lo que hacen es proponerles una jerarquía de situaciones sensiblemente fóbicas para que, progresivamente, el individuo atelofóbico permanezca lo más sereno posible en la situación planteada o bien ofrezca una respuesta diferente a la ansiosa.
El segundo remedio es trabajar la reestructuración cognitiva del atelofóbico, técnica mediante la cual el especialista en cuestión busca cambiar la propia necesidad del paciente de ser tan perfecto pero, sobre todo, de tener que resolver todas sus actividades de una manera tan excelente. Se indaga así en el origen de este miedo que centra el film de la película de Margot Robbie -quien vive en 'Barbielandia', ciudad donde no tiene cabida ser diferente o la imperfección- para saber que importancia tuvo entonces y qué significa ahora.
Una autoestima baja puede estar detrás del problema
Y, en último lugar, el atelofóbico debe mirarse bien dentro de él para saber si, en el fondo de todo, realmente sufre una baja autoestima latente. Esto es común a muchas fobias y TOC’s, por lo que la atelofobia -aunque agrupe a desorbitados perfeccionistas- también debe tener en cuenta este factor para ser curada. También son humanos, aunque quieran ser súper héroes.
Si lees esto y no reconoces en ti ningún síntoma como ansiedad o náuseas, puedes seguir con tu vida tranquilo. Serás, únicamente, un ‘perfeccionista’ más de la vida.