La muerte del papa Francisco a los 88 años ha llegado de forma repentina. Su complicado estado de salud era uno de asuntos más preocupantes del momento, aunque pocos esperaban que se cumpliera el peor de los pronósticos. De hecho, ayer aparecía de forma pública en El Vaticano durante el Domingo de Resurrección para saludar a sus fieles. La comunidad religiosa está en 'shock'. Ahora, todas las miradas apuntan hacia su funeral y los próximos movimientos que llevará a cabo la Santa Sede para elegir a un nuevo Papa. A pesar de todo, Francisco ya había previsto esta situación y dejó por escrito cómo quería que se llevase a cabo su funeral.
El funeral del papa Francisco será más sencillo y menos tradicional
Hablar de tu propio funeral en vida no debe ser una tarea sencilla. Sin embargo, el papa Francisco ya dejó por escrito cómo quería que se celebrase esta ceremonia cuando llegara el momento. Para sorpresa de muchos, su funeral será más sencillo que el de los papas anteriores ya que el pontífice consideraba que algunos elementos de los servicios funerarios papales son excesivos.
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Sus últimas decisiones buscaban simplificar el rito y llevarlo a cabo con dignidad como cualquier cristiano. En este caso, no se expondrá su cuerpo en un catafalco en la basílica de San Pedro. Francisco dejó claro que no quería seguir algunas de las tradiciones que ya hemos visto en otros casos. Por este motivo, tampoco se llevará a cabo un velatorio "privado" para los altos cargos de la curia antes de ser expuesto públicamente. Se producirá un solo velatorio.
Las directrices de Francisco que yacen desde hace semanas un escrito son claras. Su cuerpo sin vida será expuesto en un féretro abierto de madera en la basílica vaticana que será cerrado en la víspera de la misa exequial. Francisco también señaló que deseaba ser sepultado en una capilla de la basílica romana de Santa María La Mayor por su significado especial para él. Esta guarda el icono 'Salus Populi Romani', al que era muy devoto.
Por este importante motivo, no solicitó que sus restos reposen en la cripta vaticana. Tampoco será hasta que se celebre el entierro de Francisco cuando se declare la sede vacante y comiencen los preparativos para el Cónclave. Tras este se reunirán los cardenales para elegir al nuevo sucesor. Cuando esto ocurra, el nuevo Papa será presentado en el Vaticano desde el balcón central de la basílica de San Pedro.
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El protocolo tras la muerte del actual Papa es un proceso formal lleno de rituales
Uno de los asuntos más importantes del momento tras conocerse la muerte del Papa es el protocolo a seguir a partir de ahora.Es, sin duda alguna, un proceso formal lleno de rituales y tradiciones. Tras certificar su fallecimiento, el cuerpo será velado. Después de que esto ocurra y se celebre un funeral con las directrices deseadas, se preparará la elección de un nuevo sucesor tal y como recoge la Constitución apostólica publicada por Juan Pablo II en 1996.
Este protocolo se lleva a cabo en una serie de pasos de forma muy medida y cuidada. De hecho, solo es el jefe de gabinete del Papa quien ha podido anunciar su muerte con las palabras "Vere Papa mortuus est". Es decir, "el Papa está realmente muerto". Además, es también un médico quien ha tenido que certificar la muerte del pontífice, algo que en el pasado no se llevaba a cabo. El mismo jefe de gabinete del Papa debe sellar su dormitorio y su estudio como parte de un ritual que se llevaba a cabo en la antigüedad para evitar saqueos.
Cuando esto ocurre, llega el momento de firmar el certificado formal de defunción. Después, cuando el cuerpo de Francisco sea trasladado a la Basílica de San Pedro en el Vaticano tal y como ha solicitado, los cardenales deberán celebrar un tradicional rito conocido como las 'exequias en sufragio de su alma'. Es decir, una misa solmene con el cuerpo del fallecido presente a la que acuden cientos de fieles. Este periodo tiene una duración de nueve días consecutivos tal y como establece la Constitución apostólica.
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Tras su muerte y la celebración del funeral, los diferentes cargos del Vaticano se reúnen para escoger al que será el nuevo Papa hasta su lecho de muerte. Cabe destacar que solo los papados de Gregorio XII en 1415 y Benedicto XVI en 2013 terminaron en vida. La reunión de los cardenales procedentes de distintos países ha de celebrarse en la Capilla Sixtina del Vaticano. Son todos ellos los que llevarán a cabo una serie de votaciones confidenciales y aisladas de todo contacto con el exterior para llegar a un acuerdo sobre el que será el nuevo pontífice.
Tal y como ha ocurrido en otras ocasiones, esta importante reunión suele convocarse quince días después de la muerte del Papa, aunque puede ampliarse hasta un plazo de veinte. Las votaciones no concluyen hasta que uno de los candidatos consigue una mayoría de dos tercios. El perfil que consideren más adecuado para el cargo ejercerá, finalmente, como nuevo pontífice.