A bofetadas en la Iglesia: denuncian a un cura de Pontevedra por pegar a un feligrés

El cura de Sansexo abofeteó a un popular vecino del pueblo tras una misa ordinaria. Todavía no han trascendido las razones del acto violento que ha dejado atónino a todos sus habitantes

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Cura
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El párroco titular de las misas de las parroquias de Bordóns y Dorrón, establecidas en el concello de Sanxenxo, ha sido recientemente denunciado por, presuntamente, agredir a un vecino de la zona. Según han informado fuentes muy próximas al suceso consultadas por ‘Europa Press’, el alarmante hecho ocurrió en el transcurso de las fiestas de Bordóns en honor a los santos San Roque y la Virgen del Carmen.

Los mismos informadores apuntan que, durante la celebración de una eucaristía ordinaria, el cura agredió presuntamente al vecino, reconocido miembro de la Asociación San Pedro. Exactamente y según aparece descrito en la denuncia presentada por el perjudicado este mismo lunes, le propinó dos bofetadas frente a todos los feligreses congregados allí. 

Dos bofetadas sin ningún trasfondo aparente

Al parecer, tal acto violento que nada representa a la Iglesia Católica se produjo justo después de dicha misa, cuando el eclesiástico se acercó a este vecino de Bordóns. Hasta el momento se desconocen las razones del desagradable suceso que todavía es motivo de asombro entre los vecinos del pueblo.

Podrá parecer increíble, pero no es la primera vez que un cura se toma ‘la ley divina’ por su mano y decide, nunca mejor dicho, sacarla a pasear. Un supuesto parecido ocurrió en 2018 cuando otro clérigo en Francia decidió darle un bautismo en el que le propinó una bofetada a un niño de dos años y medio. La razón, completamente injustificada, es que el niño estaba llorando demasiado. “Deja de llorar. Cálmate. Cálmate”, le espeta solo unos segundos antes de agredirle, lo que por cierto lo único que consigue es provocarle más llantos desconsolados.

En Francia a un bebé: “Deja de llorar. Cálmate. Cálmate”

Así sucedió la historia: el padrino o padre de la criatura, no se sabe quién fue exactamente, lo quitó rápidamente de los brazos del cura, que según señaló entonces la prensa francesa sí acabó bautizado. Posiblemente, en el excepcional caso de Pontevedra termine pasando como en el caso del indignante cura de 89 años en Francia: tuvo que pedir disculpas en su nombre la encargada de la comunicación en su cuenta de X tras la denuncia presentada por la familia.

El post además de disculparse a la familia del niño afectado, también excusaba de alguna forma al religioso escribiendo que aunque la acción cometida no fue excusable, sí que fue "explicable: un bautismo es largo y el bebé lloraba mucho".

En todo esto, y aunque la familia denunciante jamás quiso que las imágenes grabadas por algunos de los asistentes llegaran a la red, el clip de menos de 50 segundos se hizo rápidamente popular entre los internautas. Tal fue la viralización del injustificable vídeo, principalmente en Europa, que al cura no le quedó otro remedio que salir a la luz pública para pedir disculpas.

Se sinceró en la radio: "El niño gritaba mucho"

Así pues, el polémico eclesiástico decidió ir a la radio ‘France Info’ para sincerarse y decir que no supo cómo comportarse en ese estresante momento y que se equivocó claramente con optar por una bofetada. "A su edad son grandes como para saber qué está pasando algo, pero todavía demasiado pequeños para entenderlo. El niño gritaba mucho y yo tenía que hacer que girara la cabeza para echarle el agua. Le decía que se tranquilizara, pero no lo hizo", explicó a los micrófonos.

Si quisiéramos compararlo con este reciente caso sucedido en nuestro país, sería difícil considerar cuál es el más grave. ¿Abofetear a un recién nacido o a un feligrés? Lo cierto es que ambas son indiscutiblemente inaceptables tanto como el comportamiento de un grupo de monjas díscolas del convento de Belorado, en Burgos, que, como todos sabemos, están poniendo en tela de juicio la autoridad eclesiástica de la Santa Sede.