Máximo secretismo en la segunda jornada del juicio entre Haya de Jordania y el emir de Dubái

La princesa ha solicitado la custodia y una orden de protección para sus hijos con el fin de evitar que se les obligue a contraer un matrimonio concertado en el futuro

Actualizado a 12 de noviembre de 2019, 19:55

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Este lunes arrancaba una de las semanas más importantes para la princesa Haya de Jordania, al iniciarse el juicio contra el emir Mohammed bin Rashid por la protección y custodia de sus dos hijos, Jalila, de 12 años, y Zayed, de 8 años. La royal, que huyó de su residencia en Dubái la pasada primavera solicitando protección para ella y sus niños, se escondió en Londres alegando que temía por su vida y desde entonces permanece en la capital inglesa, ahora con la protección de su hermano, Abdalá de Jordania.

Desde la mansión que posee en el barrio londinense de Kenington, valorada en 95 millones de euros, Haya comenzó su batalla legal contra su exmarido por la custodia de sus hijos, para los que pide además una orden de protección frente a su padre para que no tengan que enfrentarse a un matrimonio concertado en el futuro. Por su parte, el emir exigió el retorno del sumario judicial a los Emiratos Árabes, algo que no ha sido posible gracias al nombramiento de Haya como diplomática en la embajada del Reino Unido, con el que consiguió su protección e inmunidad

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La expareja tuvo ayer lunes la primera sesión del juicio de su divorcio, que durará toda esta semana y en la que se se dirimirá el futuro de sus dos hijos. La princesa y Mohammed bin Rashid se casaron en el año 2004, convirtiéndose así ella en la sexta mujer del mandatario.

A pesar de la gran expectación que desde hace meses está generando este caso frente a medios de comunicación de todo el mundo, el juicio se está realizando a puerta cerrada en las dependencias del Alto Tribunal de Londres, y únicamente se ha podido ver a la princesa salir de la sede judicial acompañada por su abogada Fiona Shackleton.

Se prevé que los próximos días sean muy intensos tanto para la princesa como para su exmarido. Ambas partes cuentan con las mejores abogadas expertas en divorcios, como Fiona Shackleton, conocida como magnolia de acero, contratada por Haya y responsable de gestionar los intereses del príncipe Carlos en su divorcio de Diana de Gales en 1996, o los del príncipe Andrés en su litigio contra Sarah Ferguson; y Helen Ward, la gran dama de los divorcios, por parte del emir, que se ha encargado de la separación de Guy Ritchie o la de Bernie Ecclestone de su segunda mujer, Slavica.

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