Hoy es un día histórico para asociaciones como PETA gracias a una decisión de la reina Isabel II que podría cambiar, no solo una costumbre muy arraigada en Buckingham Palace, sino también en todo Reino Unido.
A pesar de que no se dejará de cazar en Sandringham, y es prácticamente imposible que los cocineros de palacio vayan a sustituir los bistecs de la carnicería de Donald Russell por filetes veganos, la monarca ha anunciado que dejará de comprar prendas con piel de animal.
De este modo, y según ha revelado en su libro de memorias Angela Kelly, responsable del vestuario de Isabel II y mano derecha de la monarca, a partir de ahora "si su Majestad tiene que asistir a un acto un día de mucho frío, se emplearán solamente pieles falsas para abrigarla". Por lo que las viejas prensas de Isabel II que lleven este tipo de tejido serán desterradas de su armario.
Es cierto que la soberana cuenta con piezas icónicas, como un abrigo con cuello y mangas de visón que la propia Kelly diseñó para la visita de Isabel II a Eslovaquia en 2008, pero estos diseños serán sustituidos por otros de pieles sintéticas según confirmó ayer mismo el palacio de Buckingham.
"Para las prendas nuevas que se diseñen para la reina se emplearán solo pieles falsas. Eso no significa que todas las pieles de las prendas ya existentes serán remplazadas, o que la reina ya no vestirá pieles nunca más. La reina seguirá usando las que ya tenía", informaba un portavoz de la Casa Real inglesa.
Seguiremos viendo en los estilismos de la reina prendas como un abrigo de pieles que tiene desde 1961 y que suele ponerse durante sus vacaciones de Navidad, además de la capa de armiño que utiliza en muchas ceremonias oficiales, como por ejemplo en la reciente apertura del parlamento británico, y que por su valor histórico parece poco probable que vayan sustituirse con otro tipo de tejidos.
Fue en 2013 cuando la monarca fue duramente criticada por los animalistas por vestir pieles. Unas acusaciones que también han sufrido Kate Middleton -cuando en 2006 se puso un sombrero de visón-, o la duquesa de Cornualles, Camilla -a la que en 2009 criticaron que usara una estola de piel de conejo-. Hoy, por el contrario, aplauden la decisión de la reina y confían en que cunda ejemplo tanto el palacio como a lo largo y ancho de todo el país.
"Que la reine renuncie a las pieles envía un poderoso mensaje de que están pasadas de moda y no forman parte de la marca británica. El Reino Unido prohibió las granjas de pieles hace casi dos décadas. Ahora tenemos que acabar el trabajo y prohibir también la venta de pieles. Pedimos al gobierno que siga el ejemplo de la reina y convierta al Reino Unido en el primer país del mundo que prohibe la venta de pieles animales", son las palabras al respecto de Humane Society International, una asociación especialmente activa en la campaña por la prohibición de las pieles.