La semana pasada se estrenaron los capítulos de ‘Sálvese quien pueda’ en México. Mi única pena es que he estado en la ciudad de México y no la he conocido realmente. Menos mal que pude visitar Guadalupe y pude ponerme ante el cuadro de su Virgen para pedir por mi madre. Siento que de alguna manera ella me ayudó para ese desgraciado y necesario desenlace, aunque suene duro decirlo. La parte positiva de mi viaje es que en México me he comido una rosca después de ocho años: ¡Cuatro besos me llevé! La verdad es que el actor no estaba nada mal. “Si le da un beso más, Terelu se queda a vivir en México”, comentaron unos amigos. No disfruté la experiencia de ese casting. Yo estaba con la tensión, que si las gafas, que si me había dado el mal de altura, porque nadie sabe que casi una hora antes, cuando llegamos al sitio donde teníamos que hacer el casting, dos compañeros y yo nos pusimos muy malos.
Me puse malísima
De pronto, era como estar en un barco, como cuando a uno le da ese mal de la mar, pues lo mismo. Cuando llegué dije: “¿El baño? y pensé: “Madre mía, ¿qué pasa? ¿No parece que se me mueve todo?”. Pues no, la que se movía era mi cabeza con el mal de altura. Precisamente, hace un par de semanas me explicó una mexicana que no suele darte al primer día, sino que ocurre al tercero desde que llegas. Efectivamente, era el tercer día cuando me puse malísima… qué malos nos pusimos mis compañeros: Rafa , María y yo. Los tres agachados en el suelo diciendo: “Uf...”. Pues así hice yo el casting. No os miento, cuando me dan el texto pensé: “Seguro que aquí hay algo raro. Seguro que viene un beso con alguien, segurísimo. Efectivamente, no me equivoqué. Conozco muy bien a los míos, para eso he estado trabajando diez años con ellos. No le doy tampoco ninguna importancia, en mi vida he besado a compañeros y compañeras sin tener el más mínimo de los problemas.
Mi primer casting
Pero el tema del casting, me gustó especialmente cuando me lo propusieron. He participado en cameos en series como ‘Paquita Salas’ y en alguna película, pero nunca había asistido a lo que era un casting, y encima con una de las representantes más importantes de México, quien me alabó mi facilidad para cambiar de acento. Ya sabéis que yo tengo un punto bastante bromista y cuando terminé dije: “¿Mañana hay otro como este?”. Así que de México me llevo a la Virgen de Guadalupe, cuatro pedazos de besos y ese momento con la chamana. No os niego que cuando la vi me pareció una farsante, pero cuando entré ahí con ella noté algo que no había sentido en mi vida. Paz. No me pareció una charlatana, me transmitió tranquilidad. He tardado mucho tiempo en perdonar a mi padre. Darle las gracias era casi algo inviable para mí y conseguí hacerlo. No me arrepiento de ello, todo lo contrario, porque salí de ahí como si me hubiera quitado algo que llevaba clavado en mi alma sin yo saberlo, que era darle las gracias. Una va superando cosas en la vida que creía que ya tenía superadas. Después de eso tuvimos una hora libre Chelo García-Cortés y yo así que fuimos a darnos un masaje. No sabéis la “reventaera” que ha sido grabar todo esto. La gente dice: “Tenéis una profesión muy guay, os maquillan, os peinan…”. Cuando te maquillan y te peinan todos los días estás hasta el moño y lo que deseas es estar en tu casa con la cara lavada y el pelo sucio.
México se acabó y ¿quién sabe si habrá una nueva aventura?
“Es azul como el mar azul”
Os vais a reír, porque cuando sé que voy a ir a México escribí un mensaje a un cantante de renombre internacional, del que no pienso decir el nombre. Solo os tararearé: “Es azul como el mar azul…”. Ya sabréis a quién me refiero. Nos conocimos cuando yo era jovencita y él quiso cenar conmigo en su día, pero no lo consiguió hasta años más tarde.
Creo que hay fotos de aquel día al salir de Txistu. No he tenido ninguna relación con él, que quede claro. Ya sabéis que no miento, me puedo callar, pero nunca miento. Estando en México le escribí para verlo, no encontré ninguna respuesta, pero es cierto que tengo como trescientos números de teléfono de él: Los Ángeles, México, España… ¡Madre mía hijo, qué dificilito eres de localizar! Eso sí, yo cuando recibo un mensaje de un teléfono que no tengo y me pone: “Hola Tere”, digo,¡ostras, es él! Y no me equivoco nunca. Eso es que ha cambiado por enésima vez de número de teléfono. Me pasa como mi amiga Ivonne Reyes, que no sé cuántos teléfonos tengo de ella porque le duran un cuarto de hora.
Ojalá ‘zorra’ triunfe
Hablando de canciones, quiero hablaros del tema principal de la semana: la canción ‘Zorra’ que irá a Eurovisión con Nebulossa. Confieso que yo no he seguido el Benidorm Fest, por lo tanto, los seguidores de este formato y de Eurovisión tienen más criterio que yo, y si ellos han votado esta canción es porque por un lado es propia del eurofestival y por otra, que tiene un trasfondo importante. Hombre, ¿cuántas veces nos han llamado zorras? Ahí, sí que me sale mi lado feminista, que lo he mamado. Pienso que si se convierte en un himno para que los hombres o las mujeres no utilicemos esa palabra despectivamente ya habremos ganado. Ojalá ‘Zorra’ triunfe en Eurovisión. Ojalá Europa demuestre que lucha por dejar de estigmatizar a las mujeres libres, que tienen relaciones libremente como los hombres, que se casan cuantas veces les da la gana como los hombres, que salen con hombres más jóvenes que ellas, como lo hacen ellos y que deciden lo que quieren hacer con su vida libremente. Ojalá ‘Zorra’ llegue muy alto en Eurovisión, porque ya no es solo una canción contra el machismo, sino que para mí, con 58 años que tengo, va contra el edadismo. Que haya ganado el Benidorm Fest una mujer con 55 años, a las mujeres que tenemos una determinada edad, nos empodera, porque ya está bien señores, que la edad no te sume, que es lo que debe de ser, y quieran que te reste.