Hablando de triunfos, tengo que deciros que estoy muy contenta por la salvación de mi amiga y compañera, Isabel Rábago. Os confieso que a pesar de los años que llevo en la televisión me puse nerviosa cuando tuve que hacer ese contraalegato. Ya conocéis mi forma de ser: siempre hoy de los conflictos, porque en el fondo pienso que todos merecemos pelear por un sueño, por un trabajo o por un programa. Tener que posicionarme en contra de Adara y de Lucía no era una decisión fácil. Al principio mi objetivo era Adara porque así lo sentía. No tengo nada en su contra, pero al ser la última que había llegado tenía más información de fuera que el resto. Cuando escuché a Isabel sentí que tenía que ser fiel al sentimiento de mi amiga. En ese sentimiento entendí que con quien ella estaba más incómoda era con Lucía. Siento que esto le haya causado dolor a Alba Carrillo, a la que, a pesar de todo, tengo cariño, aprecio y mucha consideración profesional.