A partir de ahora, espero que todas tengamos la suficiente calma, tranquilidad y madurez para que esto no vuelva a ocurrir. Eso le haría daño a la persona más importante para nosotras: mi madre. Quiero subrayar que no la ponemos a ella como excusa para tener este acercamiento. Nuestro deber de hijas y nieta es procurarle el mayor bienestar. Cuando le han preguntado por la calle, ella ha demostrado estar bastante ajena a todo lo que se decía en los platós. Por un lado, todo eso ha sido buenísimo y, por otro lado, que ella estuviera más ajena a todo a lo mejor ha alargado más en el tiempo este conflicto. En definitiva, los Reyes Magos nos han traído un poco de la paz y la armonía que tanto necesitábamos familiarmente. Por cierto, como cada año sus majestades dejaron en mi casa un regalo para mi hermana y mi cuñado. Lo mismo que hicieron en su casa con mi hija y conmigo. ¡A pesar de todo lo vivido, no nos dejaron carbón! Al final, solo el tiempo nos pondrá a cada uno en su sitio.