Esta semana quiero contaros lo que es para mí la amistad. Gracias a dios, puedo decir que conservo muchos amigos y amigas desde la niñez. Una de ellas es mi amiga Concha, a la que considero una hermana. Después de cuarenta años que hace que me vine a vivir a Madrid tengo una relación con ella como si nos viéramos todos los días. Hay tantas veces que pasamos seis o siete meses sin podernos ver y aun así la distancia nunca ha resquebrajado nuestra amistad.
Ella vive en Málaga como habréis supuesto, pero cuando una persona es amiga de verdad ni la distancia ni las ausencias dañan la relación, sino todo lo contario: la fortalecen. Hablo de ella porque es especial para mí al igual que lo son: Vela, Esperanza, Mariluz, Elena, Carlos, Nano, Mario, Pablo, Mari Carmen, Ana Cristina, Gloria y, por supuesto, mi prima África, en mayúsculas. Las dos tenemos casi la misma edad y no es una prima cualquiera, porque para mí es una hermana. Todas estas personas forman parte de mi vida en Málaga y, a pesar de esos cuarenta años de distancias, están muy presentes en mi día a día.