No puedo acabar el blog de esta semana sin deciros que me siento inmensamente feliz por la decimocuarta Copa de Europa que ha ganado el Real Madrid. Me duelen los huesos de la tensión que pasé el sábado. Reconozco que no disfruto nada viendo el partido, pero luego me lo paso pipa cuando ganan. Me emociono y todo. Reconozco que se me cayeron algunas lágrimas. A algunos os parecerá una idiotez, pero son las lágrimas de la tensión contenida, la pasión por un equipo, por un deporte y la unión que provoca el fútbol en nuestras vidas. ¡Hala Madrid y a por la decimoquinta!