Me comunican que comenzamos el nuevo programa el lunes y empiezo a atacarme de los nervios. ¡No me puedo creer que tengamos tan poco tiempo para prepararnos! Le doy la noticia a mi hija. No puedo ocultárselo más. Se pone muy contenta y me dice que me lo merezco y que lo voy a hacer muy bien. El jueves me reúno con mis amigas, pero no les cuento nada. Solo les digo que me han ofrecido un proyecto nuevo que me hace muy feliz. Ese mismo día me dicen que al día siguiente María y yo tenemos que grabar la promo. El viernes nos vemos las dos en peluquería y maquillaje. Volver a entrar en ese departamento y ver a Alicia, a Ángel Luis, a Rosa y a Nuria es algo especial. Lo más maravilloso es cuando Miguel me pone, como siempre, ‘Las campanas del amor’, de Mónica Naranjo. Parece que no ha pasado nada desde hace 25 años, cuando empecé a trabajar en Telecinco. Llamo a mi madre y le digo que el lunes empezamos esta aventura. Al principio no lo entiende mucho. Se ríe y me dice que, aunque María y yo somos muy diferentes, le hace mucha gracia y que lo haremos bien. Estoy muy ilusionada, porque recuperar mi profesión de presentadora es importantísimo para mí. Y no solo eso, pensar que la Dirección General de Mediaset ha decidido confiar de nuevo en mí es lo más importante. Sé que no es un tiempo fácil y que estamos en momentos complicados, televisivamente hablando. Hay que dar tiempo para que un programa ruede. Estoy segura de que María Patiño y yo formaremos un buen tándem y que os sorprenderemos y divertiremos. Mientras escribo este blog busco algo rojo que ponerme para el estreno. Siempre he empezado los programas en los que he tenido éxito con ese color. Estoy moviendo Roma con Santiago para conseguir algo que me guste. Cuando leáis esto descubriréis si lo encontré o no. Desde aquí quiero agradecer todos los mensajes de compañeros con los que trato habitualmente, y a los que no veo tanto, porque he sentido el cariño y la felicidad de todos ellos por que me hayan dado esta nueva oportunidad.