La entrevista que Kiko Rivera dio en esta revista la semana pasada ha dado para muchas horas de televisión. Me da la sensación de que Kiko siempre tiene el mismo comportamiento. Para estar bien con unos tiene que arremeter contra otros. Ahora que parece que las aguas van a volver a su cauce con su madre, se tiene que llevar por delante no solo a su prima Anabel, sino también a su hermana, Isa. No tengo tan claro que esto le esté saliendo como él pensaba porque a lo largo de la semana pasada hemos conocido que Anabel Pantoja ha pasado seis o siete días en Cantora. ¡Vamos, que ha pasado su luna de miel con sus tíos, Isabel y Agustín Pantoja! No sé si esto es una ‘guantada’ sin mano a Kiko, pero, cuanto menos, muy normal no es. Me pregunto: si cuando Kiko habla por fin con su madre después de un año y pico porque ha fallecido su abuela y él nos cuenta que ha descubierto que su prima Anabel lo que ha hecho es contarle cosas que no corresponden con la realidad, ¿por qué Anabel disfruta de una semana en Cantora al lado de su tía? Aquí alguien no dice toda la verdad.
Estoy en directo en ‘Viva la vida’ y alguien me facilita una valiosísima información de la que jamás en la vida revelaré mi fuente. Me cuentan que hay una misa en Cantora en la que están Anabel e Isa y en la que no está Kiko. Hombre, si yo me reconcilio con mi madre, si yo voy a ver a mi madre porque se ha muerto su madre –y por ende mi abuela–, si yo no he podido despedir a mi abuela y darle un beso antes de morir, ¿cuál es la razón por la que Kiko no estaba? ¿Tuvo algo que ver la presencia de Anabel? Me pierdo en la conducta de los Pantoja. De lo que sí me alegro es de que por primera vez he visto a Isa no achantarse frente su hermano. Las cosas empiezan a cambiar.