Rocío Carrasco tiene la verdad. Algunos diréis: “Es su verdad”. Fijaos lo que os digo, que, incluso, os compro vuestra opinión. Pero es una verdad aplastante, demoledora y muy triste. Menuda lección de estar segura de sí misma dio el pasado fin de semana. Por fin, todos los que la quisieron ver destruida y que la quieren seguir viendo así no han podido con ella. Rocío Carrasco ya no se calla. ¡Mamá no se calla, Rocío Flores! ¡Gloria Camila, tu hermana ya no se calla! Qué pena que todo haya sido una confusión, por llamarlo de alguna manera. En los últimos meses, mucha gente apuntaba que las manifestaciones de Gloria Camila parecía que conllevaban una necesidad de acercamiento hacia su hermana mayor. Algo que, si tengo que confesaros, su hermana Rocío sabía que no era así. Todos teníamos la esperanza de que sí, pero Rocío no se equivocaba y sabía que nos estábamos todos haciendo ilusiones falsas. En sus últimas intervenciones, Gloria Camila ha dejado bien claro que es que no.
La familia, retratada
¡Un no en mayúsculas, Gloria! A mí, una vez más, has conseguido engañarme. A mí, otra vez, me has hecho que creyera en la necesidad de ese acercamiento hacia tu hermana. Sin lugar a dudas, tu carrera de actriz está dando buenos frutos. No me diréis que lo mejor de todo no fue el final de ese especial de Montealto. Hablo de la entrada por teléfono del tito José Antonio. ‘Gran persona’ el tito José Antonio, y así lo demostró. La familia, una vez más, se retrató y no necesitó a nadie que lo hiciera por ellos: ni una docuserie, ni a Jorge Javier, ni a los colaboradores, ni a su sobrina. ¡Se han retratado ellos o, mejor dicho, lo ha hecho el tito en nombre de todos! Dicen que no hay mal que por bien no venga. Creo que los espectadores tuvieron la oportunidad, por primera vez y más claramente que nunca, de saber quiénes y cómo son esa familia mediática de Rocío Carrasco. Os recuerdo, Rocío tiene más familia y que la quiere bien. Ojalá vengan más intervenciones como esta y que se desnuden públicamente más veces para que todo el mundo sepa lo que sienten. ¡Ah! No, perdón, lo que no sienten, quería decir.