Estoy intentando buscar algo positivo de toda esta situación y es que, al menos, pude celebrar la Nochebuena con mi madre, mi hija, su novio y mi prima, Ana Borrego, que ha perdido a su madre recientemente. Ella no le encontraba sentido viajar a Santander, donde vivían sus padres, si ellos ya no estaban. La llamé, se vino a casa y nos hizo muy felices a mi madre y a mí. Le quiero poner sentido del humor a toda esta situación: este año la cena me ha salido más barata. ¡No hay mal que por bien no venga! Lo que me he ahorrado lo invertiré en pagar el árbol de Navidad. Reconozco que lo que más me hubiera gustado en el mundo es haberme tenido que gastar un dinerito más para haber estado todos juntos. ¡Me hubiera hecho muy feliz, aunque algunos crean que no!