Pilar Eyre

Pilar Eyre

Isabel Pantoja

La verdad sobre la melena de Isabel Pantoja

Llevo tiempo reflexionando profundamente acerca del pelo de la Pantoja. Cuando era muy joven –cuando la conocí–, me sorprendió su melena: brillante, espesa, larga hasta la cintura. Se lo lavaba ella misma en casa ayudada por su madre, y tenía tanto pelo que, en lugar de utilizar un secador de mano, se lo secaba con un ventilador de pie. Nunca iba a la peluquería, y se ponía vinagre para lograr preciosos reflejos color caoba. Su madre, que tenía también una melena estupenda, se lo había cortado y hecho una trenza con ese pelo, que guardaba en un cajón envuelto en papel de seda, junto a los dientes de leche de Maribel y sus hermanos. Y yo creía –malpensada que es una– que la trenza que llevaba en la isla era postiza, tal vez la de su madre, porque el pelo no envejece. ¡Se peina con el cabello tan tirante sobre el cráneo que da la impresión de escasez! Bueno, pues estaba equivocada. Me envían fotos de Isabel en las que se ve con el pelo suelto y se advierte claramente que su melena es auténtica y verdadera. Y recuerdo algo que me dijo Paquirri en una entrevista que le hice para Interviú un par de semanas antes de morir: “Una de las cosas más bonitas de mi vida con Maribel es despertarme por las mañanas enredado en su pelo…”. ‘Ole, ole, ole’. El que no diga ‘ole’, a los tiburones. Supera eso, Colate.