Eres la mujer del año ¡qué digo del año! La mujer del siglo, del milenio, y ninguna, ni las Carmenes, ni las Natys, te llegan a la suela del zapato. Y no hablo solo de tu espectacular físico, sino de tu forma de enfrentarte a los hombres y a la vida. Con dulzura, firmeza y pasión, y por eso te amo.
Sí, pero…
Te amaba hasta que te vi en los toros. No me vale que digas que te mimetizas con los hombres de tu vida y que si a ellos les gustan los toros, a ti también. ¡Peor me lo pones, además de taurina, sumisa y mema! Encima reías mientras ese pobre animal moría atrozmente, Dios, qué imagen. Se me ha caído el mito, se ha escachifollado contra el suelo ¡cuarenta años de adorarte se han ido a la porra, no te lo perdonaré nunca, Isabel, nunca!