Una familia normal posando para los fotógrafos el día de su confirmación. A los lados, los padres: Felipe, trajeado, y Letizia, llevando lo que parece la bata de Ferran Adrià a punto de meterse en la cocina. En medio, Leonor y Sofía, vestidas, según dijeron en Twitter, “como María Teresa Campos”. ¿Los abuelos? Kaput. Ni están ni se les espera. Algo más me llama la atención: la ausencia de joyas. Ninguna de las mujeres lleva alhajas. A la blusa/bata de Letizia es difícil plantificarle un broche, que sería confundido con los feos botones negros grandes como sartenes, pero podría lucir los pendientes de zafiros y brillantes de su boda, con el reloj Audemars Piguet que le regalaron sus suegros.