¡Cuánto no sabemos todavía! ¡Son muchos años de impunidad, contando con la complicidad tácita de muchos políticos y periodistas! Como dice Corinna en las cintas de Villarejo: “El rey es como un niño... no distingue lo legal de lo ilegal”. Aunque cada semana, gota a gota, vamos enterándonos de más anomalías económicas, y aunque los delitos en España no pueden juzgarse ya que el rey era inviolable, ¿podría hacerse en Suiza? Quizás todavía veremos a don Juan Carlos sentado en el banquillo de los acusados. ¡A los que vivimos la transición nos sangrarán los ojos ante esa imagen! Y es que los asuntos de dinero son los que menoscaban realmente la figura de un rey y, por tanto, lo que más temor producen. Así me explico que, cuando una persona próxima a don Juan Carlos le avisó de que yo estaba escribiendo ‘La soledad de la reina’, el rey le preguntó: “¿Y qué dirá?”. Su interlocutor le respondió: “Pues, barbaridades, señor, las infidelidades, las mujeres...”. “Ah, ¿habla de mis novias? Pues mientras hable de mis novias me es igual... No tiene importancia”.