Este debía ser el año de su consagración. Se esperaban homenajes sin fin, ya que se cumplía el 40 aniversario de la Constitución, y usted los deseaba con ansia.
Sí, pero…
Todo se torció. El nombre de Corinna, las sospechas de comportamientos no adecuados y sus relaciones con ciertos príncipes árabes han pesado en el ánimo de los organizadores, que han preferido ocultarlo en el desván de la historia. A mí me ha dolido, señor, porque, si bien conozco sus debilidades humanas y he escrito a mansalva sobre ellas, también sé de su entrega y su trabajo por la causa de la democracia en una época oscura en la que todos creíamos que el franquismo no se iba a terminar. Que no se acabe este año sin mi humilde reconocimiento a aquel rey que dijo emocionado: “Lo he hecho lo mejor posible”.